Hizo historia por Sudamérica y rompió su cuarto récord Guinness: “Los chilenos tenemos coraje y corazón”

A principios de agosto, Bárbara Hernández volvió a hacer historia en el nado nacional y es que la ‘Sirena de Hielo’, como es conocida a nivel mundial, logró el doble cruce al canal de la Mancha en 27 horas y 19 minutos.

La chilena, de 39 años, se convirtió en la primera nadadora sudamericana (y segunda latina) en lograr esta hazaña. Este fue un logro más en la exitosa carrera deportiva de Hernández.

“Los latinos siempre somos medio outsider en este deporte, entonces creo que es bonito demostrar de lo que estamos hechos. Nuestro mar Pacífico es bravo y nosotros los chilenos tenemos coraje y corazón”, indicó Hernández en conversación con AS.

- ¿Cómo se siente luego de dicho logro?

- Bien, a todo el mundo le llamó la atención que estuviera tan entera (ríe). El entrenamiento que hicimos fue bueno, pero realmente fue un desafío difícil. De las 27 horas, la última parte fue la peor, porque se adelantó un frente de mal tiempo, entonces de las últimas ocho horas estuvimos batallando tres contra la corriente. Fue un tremendo desafío para mí y mi equipo.

- ¿Cuánto tiempo estuvo planificando el cruce al canal de la Mancha?

- Hace tres años mandamos la primera postulación, porque para hacer esto hay que pedir permiso. Esto lo mandamos, incluso, antes de terminar los siete mares, entonces cuando llegó la fecha no lo podía creer, entonces dijimos “ya estamos”, porque cambiar la fecha o posponerlo lo iba a dificultar el conseguir un nuevo cupo.

- Fueron 27 horas de nado, ¿qué pensaba durante la prueba?

- Nadar en canal de la Mancha siempre es difícil, porque van pasando cargueros que eran gigantes, el agua también es superrevuelta, los cambios de temperatura, e incluso en algún punto del nado había una foca que me estaba mirando en los momentos en que comía (ríe). Fue un desafío súper lindo, pero también hubo momentos complejos como un esguince que me provoqué.

- ¿Cómo se lo provocó?

- En la ida me tenía que subir arriba de unas rocas porque según el reglamento dice que el nadador tiene que entrar y salir del agua sin asistencia, pero en el punto que yo llegué había solamente unas piedras y me tuve que encaramar, al hacer esto me caí y me torcí el pie, por suerte el agua estaba fría y me ayudó a mitigar el dolor. Te juro que me recé todas las oraciones y me apegué a la medalla de mi abuela que me acompaña en cada nado para poder terminar esta prueba. Yo no nado solo por mí, nado por mi equipo y por toda la gente que me acompaña.

- Bárbara, usted siempre habla sobre su equipo, ¿qué significan ellos para usted?

- Mi equipo lo es todo porque en verdad sin ellos no sería posible sacar estos logros. Partiendo con los entrenamientos que me preparó Gabriel Torres allá en Santiago, él es un crack y que me acompañaran allá en terreno Jorge Villalobos, mi marido, mi mejor amiga Pía Flores que también es mi kinesióloga y Gabriel Leiva como navegante y Patricio Concha como comandante de navío, hicieron que pudiera pelear la llegada. Tener a un equipo así hace que tenga un lugar seguro.

- ¿Qué mensaje le quiere transmitir a Chile tras este logro?

- Mira, yo pensaba en eso mientras nadaba. Me azoté la espalda, tenía un esguince, con eso era fácil salirme, pero, en Chile tenemos una comunidad muy grande de nadadores y cada vez hay más mujeres que se están atreviendo a nadar, entonces, pensaba “me queda otra pierna buena, dos brazos fuertes y una cabeza que está clara”. Para mí es claro el límite, pero mientras mi seguridad está bien resguardada, yo voy a pelear hasta el final.

- ¿Cuáles son sus próximos desafíos?

- Ahora, tenemos autorización para regresar a la Antártica el próximo verano y, le tengo de sorpresa a mi equipo que nos agendaron el nado de 25 horas al canal de Catalina en Estados Unidos, pero si les digo ahora, creo que me van a matar (ríe).

Hernández y su cuarto récord Guinness

Durante la jornada del sábado 30 de agosto, Bárbara se lanzó a las aguas del Cañal Señoret ubicado en Puerto Natales, convirtiéndose así en la primera mujer en completar el nado más largo de la historia en aguas gélidas con una distancia de 3 kilómetros.

La chilena logró esta hazaña sin traje de neopreno, ni grasas aislantes en un tiempo de 1 hora, seis minutos y 15 segundos, superando en distancia y tiempo a la actual marca mundial femenina establecida en Polonia.

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