Los 112 corazones que laten por el básquetbol: el voluntariado del AmeriCup
Más de un centenar de voluntarias y voluntarios dieron vida a la FIBA Women’s Americup Chile 2025 que no solo se jugó en la cancha.

Detrás de cada bienvenida, cada problema resuelto antes de que se notara, hubo 112 personas acreditadas que ofrecieron su tiempo y energía para que el evento continental más importante del baloncesto femenino funcionara con orden, calidez y cercanía.
No llegaron por azar. Fueron parte de un proceso masivo de convocatoria que comenzó meses antes. Se inscribieron 953 personas, de las cuales 375 fueron preseleccionadas. Finalmente, 125 recibieron un rol asignado y 112 voluntarios estuvieron operativos. El 65% fueron mujeres. El 38% estudiantes, un 7% extranjeros residentes en Chile y un 7,5% declaró vivir con alguna discapacidad. Hubo quienes ya estaban jubilados y quienes recién comenzaban su vida universitaria. La diversidad no fue un mensaje: fue el equipo.
Una operación esencial
En total, el voluntariado cubrió 1.145 turnos durante el torneo, distribuidos entre tres espacios clave: el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, los hoteles de las delegaciones y el Centro de Deportes Colectivos del Parque Estadio Nacional. Las tareas incluyeron acreditaciones, orientación al público, apoyo a delegaciones, logística de prensa y protocolo, y asistencia en operaciones generales.
“Esto es algo que no se ve desde las gradas, pero sin el trabajo de los voluntarios, este tipo de torneos simplemente no funciona”, explicó Efraín González, encargado del área de Voluntariado y Fuerza Laboral de la Unidad de Grandes Eventos Deportivos del Instituto Nacional de Deportes. “Lo que hicieron, muchas veces sin ser notados, marcó la diferencia entre un evento correcto y una experiencia que se recuerda”.
Formación, propósito y legado
Coordinado por la Unidad de Grandes Eventos Deportivos del IND y el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), el programa contempló jornadas de capacitación, entrega de indumentaria oficial y formación en temas como convivencia intercultural, accesibilidad y atención al público. La preparación fue mucho más que logística: fue humana.
Para muchos y muchas, esta experiencia fue la continuación del camino iniciado en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023. Para otros, su primer acercamiento al voluntariado deportivo.
El equipo incluyó personas entre los 18 y los 70 años, representando una amplitud de trayectorias, acentos y motivaciones que fortalecieron la experiencia colectiva.
Un futuro que ya empezó
El voluntariado que se vivió en la AmeriCup 2025 no termina en la ceremonia de clausura. Es parte de un proceso que proyecta continuidad. Un ensayo general para lo que viene: el Mundial Sub-20 de Fútbol, el Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista UCI, los Juegos Parapanamericanos Juveniles y, más adelante, los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales Santiago 2027.
Chile demostró una vez más que no solo sabe organizar, sino también convocar, formar y cuidar. Y el voluntariado -paciente y comprometido- fue parte esencial de esa demostración.
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Porque mientras la atención estuvo puesta en la cancha, hubo 112 corazones que latieron al mismo ritmo. Que cargaron balones, tradujeron conversaciones, sonrieron en todo momento y dieron la bienvenida en distintos idiomas. Que hicieron que todo esto fuera posible.
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