“Me cerraron puertas en la cara, se rieron de mí y pasé hambre, pero seguiré luchando por mis sueños”

Martín Canales tiene solo 16 años, pero ya se mueve en dos ambientes. Por una parte, el joven disfruta del básquetbol en Boston College como conductor, y por otra, da sus primeros pasos en la música. En ese contexto, el oriundo de Curacaví -que también ha jugado en Universidad Católica, Sportivo Italiano, la Selección de Maipú y Puente Alto- charla con AS y da a conocer su historia. Una que sabe de múltiples obstáculos, pero también de sueños.

- ¿Cuáles son sus objetivos en el básquetbol?

- Hoy, un poco más maduro, pienso que el primer objetivo es dar lo mejor de mí, esforzarme lo más que pueda, y mejorar mi básquetbol y mi físico. Por eso igual voy al gimnasio y subo cerros.

- ¿Y el trabajo mental?

- También. Ese entrenamiento es esencial. Incluso me atrevería a decir que es lo más importante para darle un plus a mi trabajo, ya que soy de la mentalidad de hacer las cosas con calidad. Si no te comprometes, mejor no lo hagas. Si haces las cosas bien, con amor, dedicación, esfuerzo y disciplina, lo bueno llegará por sí solo. No me estreso en pensar por lo que vendrá, pero eso no significa que no sea un hombre con visión. Yo me centro en ser feliz y en dejar mi corazón en el equipo que esté. Mi manager, que es mi padre, se encarga de lo demás.

- En Chile, lamentablemente, no se puede vivir del baloncesto...

- Los sueldos que se brindan son injustos a comparación con otros deportes, pero ojalá puedan mejorar para que los basquetbolistas se puedan profesionalizar de mejor manera y para que tengan una vida más digna y cómoda.

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‘Martín La Esencia’, su otra cara

En su faceta musical, Canales se hace llamar ‘Martín La Esencia’ y hace solo dos meses se estrenó con ‘Esta noche’, un mambo que en Youtube, por ejemplo, suma más de 3.300 visitas. De todos modos, el camino no concluye ahí, pues para el 16 de septiembre tiene pactado el lanzamiento de su segunda canción: ‘Vamos pa’ la fiesta’.

- ¿Por qué decidió empezar a hacer música?

- Desde pequeño tuve una atracción particular hacia la música. Cantaba aficionadamente en la ducha (ríe) y mis padres siempre me han dicho que no me quede con las ganas de algo, ya que el peor error es no intentarlo. Hace muy poco me atreví a hacer música, lo cual no es nada fácil. Primero, porque yo escribo mis propias canciones y les hago la melodía, y segundo, porque somos una familia humilde que trabaja día a día para tener un plato de comida en la mesa. Nos cuesta más juntar fondos para la producción de calidad de nuestras obras.

- ¿En qué trabajan sus padres?

- Mi papá trabaja de supervisor. Maneja todo lo que es seguridad en obras de construcción, y mi mamá se encarga de la casa, cuida a mi sobrina de tres años y los fines de semana vende ropa de segunda mano en la feria.

- ¿Cómo financia sus proyectos musicales?

- Mi primera canción y el videoclip fueron pagados con mis ahorros de un año y medio aproximadamente. Y el segundo tema y el video los pagué vendiendo una rifa. Sin duda es difícil. Te cierran puertas en la cara, se ríen de ti, pasas hambre, frío y precariedades, pero nada de eso importa cuando amas algo y tienes a las personas idóneas que te apoyan y están a tu lado. Amo la música y siempre me voy a atrever por mis sueños.

- Vi que se inclinó por un ritmo urbano. Esa escena ha tenido un gran crecimiento en Chile, pero hay muchas personas que la miran con recelo. ¿Qué opina?

- Claro que sí. El género urbano está tomando mucha fuerza en Chile y en el exterior, pero mi faceta no es tan solo este género. Más adelante, y conforme vaya pasando el tiempo, se darán cuenta de aquello... Y si bien hay personas que miran con recelo algunos aspectos del género, no puedo criticar ni opinar sobre eso, ya que todos somos libres de expresar nuestros pensamientos. Solo me siento con el derecho de decir que no estoy de acuerdo con la violencia ni con lo que conlleva. Solo me centro en mi trabajo y no me gusta criticar a los demás. Sé lo que está bien y lo que está mal, y cada uno debería saberlo. Solo me queda alentar y felicitar a las personas que está luchando por sus sueños.