La leyenda chilena que volvió a hacer historia: “Mi papá le estaría contando a todos que su hijo fue campeón”

Felipe Fierro (39) deja un mensaje ni bien contesta la llamada de AS Chile. “Quizás me puedo poner a llorar en algún momento, porque tengo las emociones a flor de piel”, dice.

¿La razón? La leyenda chilena se clasificó por segunda vez al Mr. Olympia, el evento de fisicoculturismo más importante del mundo, y se convirtió en el único atleta nacional en lograrlo en toda la historia.

“Yo creo que aún estoy en éxtasis. Todavía no lo creo, porque lo que estamos inmersos en este deporte sabemos que esto, sobre todo para un chileno, es totalmente lejano. Es una locura lo que logré”, cuenta desde Cancún, donde está descansando tras una dura etapa de preparación que desembocó en el título.

Fierro se lució en el Phar Labs México Pro/Am, donde se quedó con el título de la categoría 212 Bodybuilding en una competencia realizada en el lujoso Hotel Double Tree Hilton Santa Fe de Ciudad de México. Allí derrotó a exponentes locales, de Estados Unidos, Ucrania y Brasil, entre otros. Antes, ya había brillado en Texas (5°) y Tampa (6°), eventos estadounidenses de un nivel brutal.

El deportista de Temuco empezó a competir en 2012, cuando llegó al gimnasio de Rodrigo Jorquera en Los Ángeles, su primer preparador. “Me dijo que mis piernas no eran normales. Yo solo entrenaba para la playa, para tener calugas (ríe). Me tomaba mis copetes, tenía otra vida”, rememora.

“A mi papá le digo que lo logramos, porque siempre está conmigo”

- Dice que es una locura lo que consiguió. ¿Qué es lo que la gente no sabe de su logro?

- Hay mucho detrás. No es que me prepare y me vaya a dormir, tengo otros proyectos. Soy promotor de NPC Chile y trabajo en los que para mí son los mejores eventos de Chile. Ahora en dos semanas tengo mi evento (Felipe Fierro Classic), estoy abriendo en Temuco la segunda sucursal de mi gimnasio (Felipe Fierro Experience) que se viene atómico, entonces, son muchas cosas que van paralelo a lo que hago. Hay que tener una cabeza muy firme para este deporte.

- ¿Por qué decidió hacerlo?

- Me sirvió mucho para canalizar la muerte de mi papá. Un mes después de eso, me metí al gimnasio. Después ya se volvió una obsesión que me llevó a ser un atleta profesional.

- ¿Y cuándo decidió dar el salto?

- Geraldine Morgan, preparadora chilena que vive en Estados Unidos, me dijo que fuera a competir al Arnold Classic de Ohio. Yo soy apañador y fui, pero no tenía idea del nivel que había. Y tampoco plata. Me acuerdo que le tuve que pedir ayuda a mi mamá para pagarle a la preparadora.

- ¿Fue uno de los precursores en Chile?

- No, no. Había mucha gente, yo era un aparecido. Pero sí le subí el pelo en Chile. Antes, los eventos se hacían en unos cajones o en la casa de alguien que tuviera piscina o en una plaza. Era un desastre. Fui cuarto en Ohio y se empezó a hablar de mí. Y ya en 2017 gané mi carnet profesional. Eso sí, en Chile aún no se puede vivir de esto, te mueres de hambre. Yo recién logré mi primer gran sponsor el año pasado.

- ¿Qué cree que le diría su padre hoy viéndolo triunfar y llegar a su segundo Mr. Olympia?

- No, estaría loco. Estaría... (se emociona y responde con la voz entrecortada) Estaría acá conmigo y nos tomaríamos un copete festejando. Le estaría contando a todo el mundo que su hijo es campeón (ríe). Pero le converso.

- ¿Y qué le dice?

- Que lo logramos (nuevamente se emociona). Lo digo así porque siempre está conmigo.

- ¿Tuvo otros golpes que lo hicieran dudar en seguir su sueño?

- No, no. Todo lo que he construido se lo debo al culturismo, porque me hizo tener disciplina y perseverancia. Siempre he sido un poco ‘milico’ para mis cosas. Mi papá era muy competitivo. Todo era el número uno, si eres dos, eres penca. Entonces crecí con esa visión de siempre ser el mejor e ir contra todo. Sí hemos pasado momentos duros.

- ¿Como cuáles?

- Yo tenía que viajar a Portugal para una competencia y murió mi abuela. Mi familia fue a Arica, pero yo me fui a competir. Esas son cosas que igual las llevas contigo en la cabeza y que igual te duelen. En 2023, mi familia me acompañó en el Mr. Olympia y mi mamá me contó después de mi competencia que el día anterior había muerto su madre. Se lo guardó para que yo no me desenfocara. Solo el amor de madre puede hacer eso.