ENTREVISTA AS

“Mi sueño es una foto arrodillado, con mi familia y todo el público gritando después de haber ganado el partido”

Con 38 años, jugará el Premier Pádel de Santiago, tras ganar una Wild Card al Cuadro Principal. Hace dos décadas, se dedicaba al tenis

@charly.padel

Carlos Zarhi fue uno de los cinco chilenos que logró ganar un Wild Card al Main Draw del Premier Pádel P1 Santiago. Su compañero será el argentino Axel Guevara, que se ha convertido en un socio para ‘Charly’, porque han brillado en los últimos selectivos Fepachi.

Zarhi fue tenista durante 13 años de su vida, donde era considerado un ‘diamante en bruto’ en su época de junior. Tan bien le iba que tuvo una impresionante racha de 27 triunfos en línea en menores de 14 años, pero un par de lesiones más resultados negativos en su regreso, lo hicieron retirarse. Luego estudió derecho y fue productor de eventos, destacando con sus fiestas techno en Santiago principalmente. Hace casi dos décadas se acercó y nunca más lo dejó. Fue su reinvención que lo llevará a tener una cita con un torneo histórico para el país.

“Me he sentido muy tranquilo, bastante relajado. Si bien es una semana muy importante debido a la magnitud del evento, por el lugar dónde se va a jugar el torneo, es como que de alguna manera estaba preparado para esto”, cuenta ‘Charly’ a AS Chile.

Para eso, Zarhi comenzó hace varios años con una rutina de meditación que le ayudó a mirar su carrera desde otra perspectiva. Lo explica de la siguiente manera.

- En sus redes sociales, ha mostrado sus rutinas de meditación que, según sus palabras, le han cambiado la vida. ¿Por qué?

- Es media preestablecida de lo que hago al levantarme, de mis agradecimientos, de cuando me lavo los dientes, son cosas que he venido practicando hace muchos años. Está muy comprobado por estudios que los trabajos internos produce efectos en el cerebro que te permite estar mejor y conectar mejor contigo mismo para conseguir tus metas y cumplir tus sueños. Es para seguir conociéndote y ver dónde quieres llegar. Todos esos cuestionamientos que tenemos sin parar y sin darnos el tiempo para pensar a qué vine a la vida, considero que esos ejercicios te ayudan a aterrizar.

- ¿Cómo surge el interés por la meditación?

- Cuando me retiré del tenis a los 17 años, tuve como un vacío porque todos los sueños que yo tenía iban de la mano con el tenis, porque sólo hacía eso en mi vida. Y de un momento a otro se me desvanecieron. Lidiar con eso fue muy complejo y justo cuando estaba en ese proceso, llegó a mis manos un libro que se llama “Muchas vidas, muchos maestros” de Brian Weiss, que me hizo cuestionarme quién era y qué había hecho antes. Me identifiqué mucho con lo que decía y sin saber porqué. Ahí empecé a trabajar en mi desarrollo personal hasta ahora. Me he metido mucho en el tema del subconsciente, que es lo que maneja el 95 por ciento de todo. Cada uno tiene ciertos traumas en relación a lo que podemos o no hacer.

- Se retiró del tenis a los 17 años. ¿Cómo llegó al pádel?

- Fue como en 2006 por un amigo que me invitó a jugar cuando estaba en el preuniversitario. Me gustó y se me hizo fácil de aprender. Yo lo conocía porque había jugado en Argentina, pero no lo pesqué mucho porque jugaba tenis. Sentí rápido que podía volver a competir y eso me motivó. Un día entrené con un gallo que había ido al Mundial y me ganó apretado. Ahí fui avanzando y fui al Mundial en Canadá 2008. Sentir esa euforia de defender a Chile y conocer otras culturas, me hizo pensar que tenía todo para desarrollarme.

- ¿Le sorprende el cariño de la gente?

- Hay muchas personas que me acompañan, sobre todo en redes sociales, pero lo que siento es que cuando estoy en los torneos, tengo una imagen como muy profesional. Yo estoy en la mía y no pesco a nadie, después del partido sí. Creo que ese profesionalismo, genera que la gente me apoye o tenga ganas de ver un partido mío.

- Lo llevo al Premier Pádel. ¿Qué pareja top le gustaría enfrentar?

- A Agustín Tapia y Arturo Coello. Me gustaría entender lo que hace Tapia en una cancha (ríe). Sería una experiencia que disfrutaría al máximo. Coello es una bestia que le pega de cualquier lado. No te dejan jugar y quiero sentir la velocidad de su juego. Ale Galán y Fede Chingotto son unos genios, pero te da la sensación que ‘Chingo’ te deja jugar. No falla una, te va a ganar, pero te deja (ríe). Los otros no sabes dónde tirar el globo. Es como ese desafío.

- ¿Se proyecta compitiendo en el exterior?

- Creo que eso ya no fue a menos que en este torneo le gane a Tapia-Coello y me de cuenta que estoy puro hueveando acá (ríe), me llevo a toda la familia (ríe). Lo que sí, tenemos muchos torneos FIP gracias al inmenso trabajo de la Federación, entonces me ayuda a no viajar. Quizás de repente un torneo en Argentina o en Sudamérica sí me proyectaría.

- ¿Cuál sería su foto ideal del Premier Pádel de Chile?

- Arrodillado, con mi familia y todo el público gritando después de haber ganado el partido. Sería una postal para mi vida. Estar ahí ya lo es, pero si me pides que sueñe, sería esa.

Los años fuera de la Roja del pádel

- Usted tuvo un problema con la Federación, lo que lo hizo alejarse de la Selección por harto tiempo. ¿Cuánto le afectó estar fuera?

- Después de un Sudamericano a fines de 2017, en el que conseguimos un tercer lugar histórico, me alejé por distintas razones. Había cosas que no me gustaban y me fui como en la mía, cosas que quería hacer, no sé. Y de alguna manera, ese tiempo que estuve afuera me hizo aprender muchas cosas y sobre todo me sirvió a nivel familiar. Fue mi oportunidad de afiatarme más con mis negocios, entonces si bien no viajaba por todo Chile compitiendo, igual me mantuve jugando harto. En pandemia, con Ignacio Lehyt le ganamos a Cristian Ozán y ‘Tolito’ Aguirre, siendo un triunfo histórico. En el A1 llegué a cuartos de final teniendo match point. Pero salir de la competencia seguida me dejó un poco más fuera de ritmo y te relajas un poco. Pero después sentí que me faltaba competir y tomé la decisión de intentar arreglar mis problemas con la Federación porque quería competir por Chile.

- ¿Le costó el proceso de tomar la decisión para acercarse a solucionar el problema o hubo orgullo de por medio?

- Seguro que hubo un tema de orgullo en el sentido de que a uno no le gusta reconocer los errores y yo sentía que no había hecho las cosas tan mal, entonces me cuestionaba el pedir perdón.

- ¿Y lo sigue pensando hoy?

- Me di cuenta que yo había generado actos que también habían perjudicado y generaron un daño. Yo tenía que entender que había repercusiones. Yo tampoco sabía cómo lo iban a tomar del otro lado. Pensaba en que si hacía todo eso, capaz que no me iban a dar la oportunidad otra vez. Me la jugué y ellos fueron súper objetivos a la hora de evaluar si yo tenía la capacidad de ir o no a la Selección. Fue por lejos la mejor decisión que pude tomar. Un amigo me dijo ‘¿cómo vas a privar a los demás de verte jugar?’ Eso me llegó.

- ¿Y la recepción de la Federación fue mejor de lo que usted imaginaba?

- Totalmente, porque yo pensaba en que independiente de lo que hiciera, no me iban a tener en cuenta para los procesos selectivos. Yo pensaba en que ellos se podían refugiar en que yo era mayor, sumado a que estaba peleando por el cupo, no era el uno indiscutido. Lo que me gustó fue que a pesar de no tener mis mejores resultados, me llamaron, lo que quiere decir que veían potencial en mí. Fue una demostración empírica de que habían dejado todo en el pasado.

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