“Si esto no ayuda...”: jugó una final de Europa y busca que los jóvenes chilenos se inspiren

El pasado 28 de mayo fue uno de los días más importantes en la vida de Esteban Salinas (32). En Flensburg, Alemania, el seleccionado chileno de balonmano disputó la final de la EHF European League, en la que su club, Granollers, enfrentó al local Fuchse Berlín. El cuadro catalán vivió un sueño durante el certamen: se clasificó sorpresivamente al Final Four y estuvo a punto de sumar su cuarto título continental.

Finalmente, la lógica primó y el elenco germano, uno de los fuertes de la Bundesliga y poseedor de una plantilla más amplia y una elevada inversión, se impuso. Pero a esa altura, el resultado no iba a impedir que Granollers festejara de todos modos. “Lo que nosotros hicimos fue un exitazo. Hay que disfrutar el segundo lugar. De hecho, terminó el partido y celebrábamos más nosotros que el otro equipo”, dice Salinas, conocedor de las diferencias presupuestarias que se manejan en el ‘Viejo Continente’.

El jugador chileno, de vacaciones por estos días, cerró así de la mejor forma posible su ciclo en Granollers para fichar por el Bidasoa, donde se reencontrará con Rodrigo, su hermano.

- ¿Fue difícil despedirse de su ahora ex equipo?

- Me voy súper contento del Granollers. Estos tres años ahí fueron súper enriquecedores en lo personal y en lo deportivo, sobre todo. Haber llegado a la Final Four en la Liga Europea fue algo increíble, impensado. Me voy contento, el final de mi período ahí fue al máximo, respondimos súper bien. Y el broche final fue haber llegado a la definición de la Liga Europea EHF. Ahora firmé por dos años en Bidasoa.

- ¿Con qué recuerdo se queda del Granollers?

- Con este último mes, fue intensísimo. A nivel de Liga Europea, haberle ganado al Flensburgo en cuartos de final, en el torneo donde ellos eran locales. Nuestra afición de pie aplaudiéndonos. Fue increíble. Después haber ganado en la semifinal al Goppingen, con 300 hinchas nuestros que viajaron a Alemania a apoyarnos. Son esos partidos donde te das cuenta que todo el esfuerzo de años valió la pena. A veces uno se pregunta “¿pa’ qué tanto esfuerzo?”… Con 32 años, son momentos que te hacen darte cuenta que sigue valiendo la pena, por mí y por el balonmano chileno.

- Más allá de la elogiable actuación de Granollers, ¿cómo sintió haber perdido la final de la EHF European League?

- No te voy a mentir, fue un poco agridulce. En la final, el Berlín fue superior a nosotros. Hasta el minuto 20, nosotros íbamos ganando por 2 goles, íbamos bien. Pero, al final, ellos tienen una calidad de jugadores y una plantilla más larga que nosotros, y es normal. Después, terminas y te da una sensación de pena porque estuviste a nada, pero pensé “tampoco lo voy a pasar mal”, porque llegué a la instancia, y con los presupuestos que se manejan en Europa, lo que nosotros hicimos fue un exitazo. Hay que disfrutar el segundo lugar. De hecho, terminó el partido y celebrábamos más nosotros que el otro equipo (ríe).

- Ahora se reencuentra con su hermano en Bidasoa.

- Sí, yo ya estuve con él en el Bidasoa, dos años, y en el segundo año disputamos la Champions. Fue súper bonito y muy intenso jugar juntos. Por la Selección ya llevábamos años compartiendo, pero en un club es distinto, te ves todos los días, estás en todos los entrenamientos, se pasan buenos y malos ratos. Pero además de hermanos somos bien amigos. De hecho, ahora estamos de vacaciones juntos. Y estoy contento de volver al Bidasoa, es un club muy serio, donde se hacen las cosas muy bien.

- ¿Cree que este tipo de actuaciones ayuda a que los jóvenes deportistas se inspiren?

- Si no ayuda esto, entonces no sé qué podría ayudar. Es importante que los jóvenes se inspiren, que vean a jugadores chilenos disputando instancias finales con los mejores del mundo. A mí me pasó con Marco Oneto, que jugó la final de la Champions con el Barcelona. Mi hermano también jugó la final de la European League con el Nantes y yo recuerdo que fui a verlo a esa final, como hincha no más, y ahora me tocó disputarla a mí. El otro día pensaba: “Oye, yo de verdad quería estar aquí”. Y en verdad se puede. No sé que más se tiene que hacer para que se masifique este deporte. El balonmano tiene que ir subiendo y por eso peleamos todos.

- Hablando de la Selección, están los Juegos Panamericanos Santiago 2023 muy cerca. ¿Cuál es el objetivo?

- El objetivo es claro: ganar el oro. Con eso, podríamos clasificar a los Juegos Olímpicos por primera vez. Nosotros ya hemos estado peleando en semifinales y finales de Panamericanos hace tiempo. Sabemos también que Argentina y Brasil están un peldaño arriba, pero el hecho de jugar en casa también pesa, es un plus. Y el Mundial reciente nos ayudó a afianzarnos como equipo. Los más jóvenes tuvieron minutos calientes de partido, como se les llama, que son los momentos donde se hacen los jugadores. Entonces, en lugar de siete, ahora somos nueve o diez los que estamos disponibles para afrontar campeonatos, donde se necesita mucho físico.

- Y, en general, ¿cómo cree que beneficia al país la realización de unos Juegos Panamericanos?

- El deporte es todo. Te ayuda a nivel escolar, a socializar con la demás gente, a tener paciencia, valores, y esta es una instancia que tiene el país para crecer, para ayudar a que el deporte se masifique, y que este sea el puntapié inicial de un país deportivo. Mira, en Argentina tendrán muchos problemas, pero el deporte funciona excelente, y es un ejemplo que nosotros deberíamos seguir. Los más jóvenes tienen que creer que el deporte es un estilo de vida, que te puedes ganar la vida haciendo esto. Que ya no sólo está ir a la universidad, estar en un trabajo más convencional, sino que hay más maneras de ganarse la vida y el deporte es una de esas. A mí otra cosa que me entusiasma mucho es que yo nunca he competido en mi casa. Ahora iré a Viña del Mar y me verá mi familia, mis amigos… Claro, ellos conocen a la Selección, pero no saben en qué clase de equipos nos convertimos. Y quiero que vean eso. Será bonito.