ENTREVISTA AS

“Si hay sueños, hay que ir a buscarlos”: así habla el papá de dos históricos de la Roja

“Yo tengo una escuela en Punta Arenas y los sábados a las 9:00 horas los niños no llegan o llegan tarde, y eso es culpa de los papás”, señaló a modo de consejo.

Emil Feuchtmann (de camisa de mezclilla en la foto) es uno de los técnicos de balonmano más reconocidos del país. Por casi tres décadas, dirigió al equipo femenino de la Universidad de Chile, con el que consiguió múltiples logros, entre ellos 12 campeonatos nacionales de forma consecutiva. Él, además, es el padre de Emil y Erwin, figuras históricas de la selección nacional de handball en los últimos años.

Emil, su hijo mayor, se retiró este fin de semana de la Roja tras 20 años defendiendo al combinado nacional. Allí, Feuchtmann padre habló con AS Chile sobre la carrera de su hijo y la importancia del apoyo de los papás en el deporte.

- ¿Con qué sensaciones se queda tras el retiro de Emil de la selección chilena?

- Yo creo que la carrera de él ha sido brillante. Si estuvo en la Selección por tanto tiempo es porque hizo un gran trabajo, sino no habría estado. Y obviamente tengo emoción porque se retira. Por suerte todavía queda un Feuchtmann (Erwin) en la Roja.

- ¿Qué legado cree que deja su hijo?

- El legado que deja es el sacrificio, que si hay sueños hay que ir a buscarlos y hay que tener constancia, hay que trabajar mucho. Eso es lo más importante, independiente del deporte. El sacrificio y el trabajo te llevan a cualquier parte.

- Emil habló mucho del apoyo de sus padres cuando comenzó su carrera y partió al extranjero en 2003. ¿Qué opina de las palabras que le dedicó su hijo?

- Tiene que ser así. Cuando se fue Emil, mi mamá decía: “Se va a morir de hambre, ¿a qué se va a ir?”. Todos apostaban a que no, pero nosotros dijimos que sí. Si él quiere ir, vamos. Nosotros lo apoyamos. Y si miras para el lado, en el voleibol con los Parraguirre pasó lo mismo. Los papás son fundamentales para lo bueno y lo malo, cuando las cosas se ponen difícil y no van saliendo. Pero en realidad hay poco apoyo, yo tengo una escuela de handball en Punta Arenas y el sábado a las 9:00 horas los niños llegan tarde o no llegan. Y esa es culpa de los papás. Ahí tiene que haber un clic. Los papás tienen que apoyar a sus hijos.

- ¿Siente que con Santiago 2023 puede cambiar ese chip?

- ¡Claro que sí! Con esto se visualiza más el deporte. El balonmano chileno ha estado en siete mundiales y ha sido difícil que los vean. Hay varios referentes y eso le hace bien al deporte. Ojalá esto tenga algún rédito, que quede algo. Generalmente, con todos los eventos, hay euforia y después se olvida. En Chile, la mayoría de las veces, se olvidan de los ídolos deportivos. Y no hablo sólo de balonmano, también hablo de los Carlos Caszely o los Elías Figueroa. Tenemos que conversar más de deportes. Eso se llama cultura deportiva.