“Soy tenista y entrenador de fútbol... salí del INAF con distinción, fue una proeza”
“Lo compatibilicé y cumplí un sueño porque llevo el fútbol en la sangre... mi abuelo es uno de los goleadores históricos de Ñublense”, contó a AS.
Diego Pérez estaba emocionado en el Centro Deportivo de Tenis. El deportista de 34 años derrotó al argentino Leandro Bas por 6-1 y 6-1 en los octavos de final del tenis en silla de ruedas de los Juegos Parapanamericanos 2023. El competidor chileno nunca había jugado con tanto público: “Estoy sorprendido y emocionado”, dijo a AS.
“Aunque hubiese perdido, me hubiese quedado con el tremendo apoyo que me dieron. Fue impresionante y emotivo. Era un partido muy difícil y estoy agradecido de la gente que gastó tiempo y plata en mí. Voy a dejar la vida en cancha y voy a seguir luchando por mis sueños”, reflexionó después del partido.
Entre el fútbol, el tenis y el pádel
La historia de Diego Pérez siempre ha estado vinculada con el deporte. El tenis no es su única pasión: “Soy entrenador profesional de fútbol, soy subcampeón del mundo en pádel junto a Francisco (Cayulef) y también pasé por el básquetbol. Hoy hubo mucha gente que dirigí en fútbol y que me vinieron a apoyar. Estoy feliz”, contó.
- ¿Dónde dirigió?
- Dirigí amateurmente en Malloco, que es el club de mis amores, y también en ‘La Víctor’, que es un club de amigos. Salimos campeones en torneos grandes y a estadio lleno. El 2017 me recibí del INAF, lo compatibilicé con el tenis.
- ¿Fue mucho sacrificio?
- Soy de Malloco y estudié en Quilín (ríe). Tuve que tomar metros, micros y darme una vuelta entera por la ciudad porque además entrenaba en Pudahuel. Llegaba a mi casa a medianoche y a las nueve de la mañana ya estaba entrenando. Fue durísimo, pero me fue bien en los estudios, tuve buenas notas y salí con distinción... esa es una de mis grandes proezas en la vida y obviamente, fue un sueño cumplido.
- ¿Se imagina dirigiendo fútbol en el futuro o se dedicará 100% al tenis?
- Estoy abierto a la posibilidad de dirigir. Sufro harto con la U y la Selección porque soy muy fanático (ríe). Llevo el fútbol en la sangre porque mi abuelo (Guillermo ‘Malloco’ Pérez) fue uno de los goleadores históricos de Ñublense. Yo no pude jugar al fútbol, quizás hubiese sido mi sueño, pero trato de hacer lo mejor que puedo con la misma garra y pasión que mi abuelo. Le envío un saludo al cielo.
- Volvamos al tenis. ¿Qué balance hace de su carrera?
- Yo jugaba en la categoría Open (todo jugador), hasta en 2020 que me clasificaron en Quad, que es la categoría que estoy jugando actualmente, pero me sacaron al día siguiente. No sabíamos por qué, hice la promesa de no tocar una raqueta hasta que fuera Quad y se hizo una reclasificación después de tres años. Estuve todo ese tiempo sin jugar. En la categoría Open jugué siempre en desigualdad de condiciones.
- Pese a eso, le fue bastante bien...
- Claro, así llegué a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Llegué a ser 40 del mundo, gané torneos y fui medallista de bronce en Lima 2019. Hice una carrera bastante valorable pese a todas las dificultades que tenía versus mis adversarios. Ahora estoy jugando en igualdad de condiciones, estoy 13 del mundo, clasifiqué al US Open y acabo de jugar a estadio lleno. Es muy emocionante para todo lo que viví detrás.
- Se quedó varios minutos firmando autógrafos y tomándose fotos...
- Es lo mínimo que uno puede hacer después del aliento que recibí. La gente sufrió con el sol. Yo soy nacido y criado en Malloco y llegó mucha gente de allá. Es muy gratificante y ratifica que no he hecho las cosas mal en mi vida. Hay cariño.
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