Alexis, por descarte
Al igual que todo el mundo, los futbolistas también están fuertemente sujetos a sus circunstancias. Es lo que le pasa a Alexis Sánchez ahora en el inicio de las Eliminatorias para el Mundial 2026. Casi tres meses transcurrieron desde el último partido oficial del tocopillano y se alista para el debut contra Uruguay, en el Centenario de Montevideo, sin ninguna exigencia competitiva reciente. Nunca había pasado y la duda resulta legítima en torno a su real estado de forma.
Sánchez igual comandará el ataque este viernes en Uruguay contra el conjunto que dirige Marcelo Bielsa. Jamás hubo dudas antes de que estaría en la convocatoria para la doble fecha FIFA, que incluye también el duelo del martes ante Colombia en el Monumental. Nunca surgió desde Juan Pinto Durán algún cuestionamiento en torno a su presencia. Está claro que Eduardo Berizzo confía en la actualidad del delantero del Inter de Milán.
Dos son los sustentos que argumentan la postura del DT. Alexis viene de cumplir una de la mejores temporadas de sus últimos años en Europa. Fue desequilibrante en el Olympique de Marsella, lo reconocieron en toda Francia y, por eso, descolocó que no siguiera en el club. Además, tiene una historia irrepetible e inigualable en la Selección. Sánchez es la Roja y evidentemente tiene que estar, sí o sí, en el comienzo de las Eliminatorias.
Existen dudas razonables respecto de cómo se encuentra futbolísticamente. Quien primero puso de relieve el asunto fue Simone Inzaghi en Italia y no en mala como se pudiera creer. El técnico del Inter, explicando porque el chileno no fue incluido en la última fecha del Calcio antes del receso por la doble fecha FIFA, recalcó que no estaba en condiciones tampoco de ir a la banca. Se entiende perfecto, porque por mucho que Sánchez se haya entrenado por su cuenta, nada iguala los preparativos de un plantel altamente competitivo, como en el cuadro lombardo.
Los riesgos de que Alexis no sea el de siempre en la Roja se bifurcan en dos direcciones. Por un lado, la falta de ritmo competitivo claro que puede pesar. Lleva un largo período sin enfrentarse a oponentes reales y tampoco sin relacionarse con otros iguales en el contexto de un funcionamiento táctico compartido. Además, el riesgo de sufrir una lesión aumenta considerablemente por la falta continuidad de partidos. En el Inter lo están cuidando, mediante un proceso de readaptación a la máxima exigencia, y de golpe y porrazo disputará un duelo de Eliminatorias sudamericanas. Todos dicen que un encuentro en la ruta al Mundial acá equivale a un partido de máxima exigencia en Europa.
Lo procedente habría sido que Sánchez iniciara el nuevo proceso mundialista desde la banca, actuando algunos minutos en el tramo final ante Uruguay y Colombia. Pero no se puede, el recambio nunca llegó y tendrá que ir nomás al sacrificio. Hoy, solo Ben Brereton está a la altura de ser su acompañante en la línea ofensiva. Lo mínimo que puede proponer Berizzo es atacar con dos hombres, no hay ninguna posibilidad de que sean tres los de arriba.
¿Brereton solo de ‘9′ y varios volantes con llegada ofensiva para no dejarlo tan solo? Tampoco es factible. La función de centrodelantero no es la ideal para el delantero del Villarreal. Se desarrolló en el Championship como extremo o puntero, recibiendo con más libertad el balón y también con espacio y tiempo para conducciones en velocidad. Recepcionar de espalda al arco con un rival encima y otro listo para la cobertura es su peor escenario. Más todavía en el Centenario, ante un equipo con el proceder defensivo de Bielsa, con presión intensa, anticipos, intercepciones y persecuciones individuales de los oponentes.
Sánchez tiene que ser titular nomás. Aunque el riesgo sea grande, por la falta de continuidad, el modelo de juego oponente y la jerarquía individual de los ejecutantes. Desde el inicio en el ataque de la Roja, aunque nos parezca que sea por descarte.