El mejor del fútbol chileno hoy: tiene otra mentalidad
Este miércoles, Huachipato derrotó a Estudiantes de La Plata en Argentina, resultado que le permitió quedar con muy buen pie para avanzar a octavos de final de la Copa Libertadores. La victoria, al menos, le garantiza no ser último del grupo, por lo que ya aseguró su presencia en la siguiente fase de Copa Sudamericana. A todas luces, y pese a que en el Torneo Nacional no ha tenido buenos resultados, lo del cuadro “acerero” (vigente campeón del fútbol chileno) es totalmente meritorio.
El triunfo sobre Estudiantes no es el único de Huachipato en Copa Libertadores. En abril ya había derrotado 2-0 a Gremio en Brasil, en una actuación maciza que fue destacada en todo el continente. En ambos partidos, Felipe Loyola fue una figura rutilante. En Porto Alegre, incluso, se dio el lujo de anotar un golazo de volea.
Pero lo de Loyola no sorprende tanto. El jugador de 23 años viene ascendiendo notablemente en los últimos años en el fútbol nacional. Tras salir de Colo Colo, club donde se formó, recaló en 2020 en Fernández Vial, equipo que por ese entonces disputaba la Segunda División Profesional. De ahí en adelante todo fue crecimiento para él. Loyola ascendió a Primera B con el cuadro penquista y luego pasó al equipo siderúrgico, donde poco a poco ganó protagonismo hasta llegar a la Roja.
En Huachipato partió como suplente y estuvo casi todo el primer semestre sentado en el banco hasta que se ganó la titularidad como lateral derecho (puesto que no era habitual para él) y no la soltó más. En tres meses pasó de ser suplente a ser titular en la selección chilena jugando partidos de Eliminatorias y también en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Hace unos días, Gustavo Álvarez (hoy en la U) lo puso como ejemplo cuando fue consultado por los pocos minutos de Lucas Assadi en el cuadro azul: “En la fecha 15 del año pasado, tenía un jugador que había jugado seis minutos. Vino el receso y el lateral derecho, Joaquín Gutiérrez, se fue para el microciclo de la Selección. No tenía a nadie para que entrene en esa posición, así que llamé a un jugador a la oficina para que haga la práctica ahí, porque él peleaba un puesto en el mediocampo. A los dos meses era el lateral de la Roja. Me refiero a Felipe Loyola. Eso habla de la paciencia que se debe tener”.
Quienes lo conocen de cerca y los que comparten a diario en la Región del Biobío con él, aseguran que Felipe Loyola es distinto al típico jugador de hoy en día en Chile. El tipo sólo está enfocado en entrenar, en crecer cada día y así pronto dar el salto a un equipo extranjero. Lejos de marearse con sus primeras nominaciones en la Selección (lo que le ha pasado a muchos que fueron considerados como posible recambio en el último tiempo), se dedicó a trabajar para mantenerse allí y lo ha conseguido, pues con total seguridad estará en la Copa América Estados Unidos 2024.
Antes de viajar a Brasil a enfrentar a Gremio, Loyola se despachó esta frase: “Creo en mis compañeros y en el grupo en ir a sacar un buen resultado. Sabemos que enfrentamos a un gran rival, que tiene sus nombres, pero nosotros tenemos los nuestros. Tenemos que confiar en nosotros e ir con mentalidad ganadora. Esa es la única manera de afrontar este tipo de partidos”. Dicho y hecho, ¿no?
En abril de 2022, mientras era figura en la B jugando para el Vial, habló con AS Chile y dejó esta cuña: “En seis años, quiero jugar fuera y ser parte de la Roja”.
Loyola es un cabro serio, no está ni ahí con los peinados estrafalarios, con la ropa cara ni con los autos de lujo. El muchacho sólo quiere crecer en el fútbol chileno, dar el salto al extranjero y afirmarse por largos años en la Roja. Por si fura poco, también estudió Administración de Empresas en la universidad. Otra mentalidad, ojalá varios jóvenes lo imiten...