La gran carrera de Sagal

Muchas veces el fútbol es cruel. Si no, veamos lo que pasa con Ángelo Sagal en Chile. El volante surgido en Rangers quedó marcado por una acción de juego contra Alemania en la final de la Copa Confederaciones de Rusia, en 2017. A la postre, los germanos vencieron por 1-0, logrando el título, y Sagal contó con una chance para marcar el empate, pero en la acción de finalización, el balón se fue por sobre el travesaño. Sin asunto, y como suele ocurrir en el fútbol, quedó como uno los responsables de la derrota.

Hoy, el delantero nacional está en otra y lamentablemente a causa de una tragedia. Sigue en Europa y fue anunciado como nuevo jugador del Ferencvaros, el cuadro mayor del fútbol de Hungría. Tuvo que marcharse de Turquía luego del terremoto que asoló la ciudad de Gaziantep. El club de la urbe del sur del país euroasiático se retiró de la liga y, cuando se pensaba que llegaría a otro elenco local, optó por buscar un destino inesperado.

El paso que ha dado Sagal puso de relieve la trayectoria del chileno en el exterior. A mediados de 2016 partió al Pachuca de México y no ha vuelto desde entonces. Luego continuó su etapa en la liga azteca en el Juárez hasta que recaló en Turquía. Lo hizo fichando en el Denizlispor, en 2020, para finalmente llegar al Gaziantep.

Pronto Sagal completará una década en el extranjero. Hay un detalle que no pasa inadvertido. En cada temporada no bajó de los 20 partidos por campaña en la ligas de México y Turquía. Donde más jugó fue en el Denizlispor, con 35 encuentros, en la temporada 2020/2021, y la cifra más baja de participación se remite al Juárez, en 2019 y 2020, con 24 partidos. Incluso, los datos marcan un contrapunto con los registros que dejó en Chile. Actuó en 22 duelos por Rangers y Huachipato, en el peak de su participación nacional, pero esto no supera lo hecho en el extranjero.

Exceptuando a las grandes figuras de la Roja, suele ocurrir que a los futbolistas chilenos no les vaya de acuerdo a lo esperado cuando dejan el país. Acá, se habla mucho de llegar a actuar en el extranjero, pero cuando el interés se hace realidad una gran parte de los nacionales termina de vuelta o jugando muy poco o casi nada en su nuevo destino.

Sagal ha sido todo lo contrario. El talquino exhibe una regularidad que se escabulle de lo hecho por el resto de los futbolistas chilenos de capa media a nivel internacional. Llegó a México y consiguió plena regularidad. Lo mismo hizo tras arribar a Turquía, a pesar de las diferencias culturales. Esto tiene su mérito, no nos quedemos solo con la antigua escena de la final de la Copa Confederaciones de Rusia. El volante ha triunfado afuera, no en la medida de los próceres de la Selección, por supuesto. Al hombre le ha ido bien, en su medida y de acuerdo a sus capacidades. Ahora debería tener éxito también en Hungría.