La locura de echar a Berizzo
Incluso han surgido nombres de otros entrenadores, lo que no es novedad cuando el panorama de un DT está medio complicado. Dicen que Eduardo Berizzo estaría al borde la cornisa, a raíz del magro desempeño de la Roja en la etapa de casi un año del argentino al mando del plantel. Este lunes, el conjunto nacional enfrentará a Paraguay, en un partido preparatorio para las próximas Eliminatorias, y si el Toto no suma el primer triunfo de su ciclo, no se sabe qué pueda pasar. Una locura absoluta.
Claro, Berizzo todavía no gana. Tampoco el funcionamiento del equipo ha sido el esperado y no ha aparecido ni siquiera un jugador que, al menos, sea el gran hallazgo de la nueva era que comanda. Pero, sería absurdo terminar el proceso solo por lo que ha sucedido en los partidos precedentes. En su momento tuvieron algo de importancia, pero al final no le van a importar a nadie. Lo verdaderamente relevante comenzará a partir de septiembre de este año, cuando Chile debute en las Eliminatorias. En la visita a Montevideo para jugar ante Uruguay y luego en Santiago contra Colombia, ahí sí Berizzo comenzará a escribir su historia en la Roja.
Una de las principales críticas al DT tiene que ver con la forma de juego. Él acá tiene responsabilidad. Al asumir, y hasta ahora, ha declarado que la idea es acercarse al modelo que llevó a Chile a sus grandes momentos en la década pasada. Una especie de revival del ataque constante aprovechando el ancho de la cancha, la presión eficaz en campo contrario y el ritmo de juego por momentos insostenible por los rivales. La propuesta es fenomenal, pero hoy resulta inalcanzable. La expectativa es que el DT aterrice sus proyecciones y todos también, en buen chileno, nos peguemos la cachada.
La gran noticia hoy es que Alexis Sánchez admitió que la Generación Dorada se acabó hace un buen rato. Acá, el mensaje no es lo importante, lo vital en esto es el emisor. Que diga eso el tocopillano probablemente servirá para terminar con la fantasía de que la Roja puede acercarse a lo que fue antes. No hay ninguna chance. De los históricos solo quedan el propio Sánchez, Claudio Bravo, Arturo Vidal y Gary Medel. El recambio sí existe, pero su nivel es más bajo o acorde a lo que históricamente ha sido la media en la Selección. El objetivo tiene que ser retornar a las capas medias de Sudamérica y, con esto, estamos listos para jugar el próximo Mundial. Habrá seis cupos y medio en la clasificación, sería un papelón no ir a Norteamérica.
La línea de acción apropiada, como la Generación Dorada ya no existe, era partir todo de cero, incluso sin los próceres. Lo que hicieron ha sido lo más grande junto al tercer lugar en el Mundial 1962 y jamás los vamos a olvidar, pero lo adecuado hubiese sido comenzar todo con gente joven. Entonces, Darío Osorio, Lucas Assadi, Alexander Aravena y Vicente Pizarro estarían sí o sí en cada convocatoria. Una propuesta con una mirada de futuro y teniendo claro que se corría el riesgo de no participar en un tercer Mundial consecutivo. Hoy, es una modalidad medio híbrida, con la presencia de algunos históricos, y la sensación es que el panorama es similar al que pudiera existir con la propuesta de la renovación total.
Dejemos que Berizzo trabaje tranquilo, su proceso suma casi un año de labor y la inercia del comienzo ya está establecida. Su gestión evidentemente precisa de instancias de evaluación y el momento crucial será después de la sexta fecha de las Eliminatorias, en noviembre. Chile no volverá a jugar hasta septiembre de 2024 y entre medio se disputará la Copa América en Estados Unidos. Por supuesto que estará súper claro cómo va la cosa. La Roja habrá enfrentado a Colombia, Perú y Paraguay de local y Uruguay, Venezuela y Ecuador afuera. En el papel, no es una agenda de partidos terrorífica, lo que ratifica que será el momento justo para abordar la continuidad del DT.