La mano firme de Álvarez en la U
Gustavo Álvarez suma una y otra sorpresa al mando de Universidad de Chile. Ahora sucedió durante la fecha pasada del Campeonato Nacional, en la goleada por 4-0 ante el campeón Huachipato. Sí, la escuadra acerera no es la de 2023, cuando precisamente el DT argentino estaba al mando del plantel, pero para cualquiera es difícil ganar en Talcahuano. Los azules no contaron con Franco Calderón y el argentino sorprendió con Renato Cordero como central derecho. La variante se mantendría contra Iquique y el perjudicado es Ignacio Tapia, quien volverá a la suplencia.
Improvisado en el trío de zagueros, el mediocampista cumplió a cabalidad en la fecha pasada. Lo más relevante fue que le adicionó una nueva funcionalidad a la operación de la línea defensiva. Se convirtió circunstancialmente en volante para transformar la superioridad numérica también en hegemonía posicional en la zona media y así desajustar la presión rival e incidir en la construcción de juego. No estaba en los cálculos de nadie y fue mérito de Álvarez.
En tiempos de gritos, estridencias y exageraciones en la banca, el DT de la U sigue fiel a la calma y mesura al mando de los azules. Parece ir a contracorriente de lo que socialmente se les debe exigir a los entrenadores. Pasa lo mismo en uno de los asuntos más cruciales de la dirección técnica y que tiene que ver con los jugadores que el técnico, finalmente, manda a la cancha. Los detés hablan a través de los equipos que presentan y luego con las reconfiguraciones que realizan mediante las sustituciones. Álvarez siempre manda mensajes evidentes (lo hace ahora manteniendo a Cordero en la defensa y sacando a Tapia) y los triunfos lo respaldan.
La primera variante de relevancia fue la inclusión de Emmanuel Ojeda como central junto a Matías Zaldivia y Franco Calderón. Hasta que cometió un error importante en el empate 2-2 ante Cobresal, lo que había hecho el volante trasandino dio resultado. Sin embargo, Álvarez volvió a mover la defensa y Tapia se quedó entonces con el lugar de Ojeda. A lo mejor, no era necesario que el argentino perdiera el puesto, porque la U venía funcionando correctamente y seguía arriba en la tabla de posiciones. El DT pensó lo contrario y quedó claro que no sigue los cánones más o menos habituales de la dirección técnica.
Después, pasó lo mismo cuando el propio Tapia quedó fuera de la titularidad y su lugar lo ocupó el canterano David Retamal. Claro, el ex zaguero de Huachipato posteriormente recuperó el puesto y la presencia del juvenil de la U se prolongó solo por dos encuentros, pero el manejo de Álvarez no pasó inadvertido. Ahora último, contra Huachipato estaba pintado para que Retamal volviera a jugar y el entrenador salió con la sorpresa de la titularidad de Cordero. Las decisiones que toma se alejan de lo habitualmente observado y ahí pudiera estar una de las fuentes del éxito logrado.
Sin embargo, lo más inesperado de Álvarez hasta ahora ha sido también lo mejor de esta breve etapa en la U. El funcionamiento de los azules no tiene nada que ver en la cancha con su gran obra en Huachipato, durante el 2023. El puntero es un equipo de juego directo, no tan elaborativo, que se hace fuerte en las transiciones ofensivas y se agrupa rápido y nutridamente para defender. Va y viene veloz en el campo y, con el balón, se conecta regularmente también en trazos largos. Los que esperaban una versión de lo que hizo en Talcahuano fallaron medio a medio. Está haciendo otra cosa en el CDA.
La forma de juego correcta es importante, porque acerca o aleja de los buenos resultados. Si un equipo funciona bien, más próximo estará de la victoria. En un equipo grande como la U, que venía de varias malas campañas, lo que más importa hoy es vencer. Álvarez lo ha conseguido, cumplido ya el primer tercio del Campeonato Nacional, con decisiones sorpresivas, inesperadas y para algunos inexplicables. Es la mano firme del argentino.