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La peor decisión en Chile es echar a Gareca

Estamos frente a las Eliminatorias más fáciles de la historia y, aunque Chile no funcione en la cancha y parezca estar lejos incluso del repechaje, todavía existirían opciones. Remotas, lejanas, casi inaccesibles, solo en términos matemáticos. Ricardo Gareca no ha podido darle una organización de juego al cuadro nacional y, lamentablemente, no se ve que el panorama vaya a cambiar.

Tendría que ocurrir un cambio brusco, inesperado. Cosas que suceden, a veces, en los deportes colectivos, como el fútbol. La no linealidad es el atributo que lo distingue y también constituye su esencia. Una jugada es parecida a la otra, pero jamás será igual. Además, los elementos de contexto tienen una influencia enorme y, por eso, algunos tratan de emplear la Teoría de Sistemas para contar lo que pasa en la cancha.

Lo más probable es que Chile quede otra vez fuera del Mundial, pero Gareca debe seguir en el cargo. Los partidos ante Perú en Lima y contra Venezuela en el Estadio Nacional ya casi se juegan. Uno mira el calendario y se ve lejano el próximo 15 de noviembre, pero los plazos en las selecciones son diferentes a los de la vida diaria. En pocas días más, la convocatoria debe estar definida y el DT ya tiene que estar trabajando en la nueva nómina.

Si Gareca llegara a dejar el puesto, lo más seguro es que Nicolás Córdoba termine nuevamente al mando de la Roja. Ya lo hizo en el 1-0 en contra ante Ecuador, de la primera rueda, en Quito. Antes, además el DT chileno tuvo que asumir el mando de la Selección Sub 23, porque Eduardo Berizzo renunció y no viajó a Venezuela con el plantel. Otra vez Córdoba vería interrumpido el proceso de preparación para el Mundial Sub 20 del próximo año acá en el país. Parece una chacota.

Gareca tiene que dirigir en la doble fecha siguiente de las Eliminatorias. No queda otra. Después, ya no se volverá a jugar hasta fines de marzo de 2025, contra Paraguay y Ecuador. Habrá tiempo de sobre para una evaluación profunda y descarnada del proceso. Por muy mal que ande, Chile no debe estar en el último lugar de Sudamérica. Solo un par de veces fuimos los mejores del continente y nunca hemos sido buenos, pero tampoco somos los peores. La crisis es muy grande, porque viene de antes. Partió con la derrota ante Alemania, en la final de la Copa Confederaciones, en 2017. De ahí, la curva ha sido siempre hacia abajo.

El primer responsable claro que es Gareca, pero también hay un tema estructural, que es súper largo de abordar. El DT no ha intentado innovar, sigue pegado en una forma de juego que jamás ha despegado y con nombres que tampoco dan resultado. Su responsabilidad es grande. En la última opción que tendría al mando de Chile, tiene que probar otra cosas: un cambio de sistema, variar hacia un fútbol más directo y frontal, otros convocados y un énfasis superior en la dinámica de juego. Veremos qué pasa.