Las improvisaciones de Ormazábal

Patricio Ormazábal tuvo la opción de elegir a los 23 mejores jugadores Sub 20 del país, cifra que le permite tener al menos dos opciones en cada puesto. Tuvo tiempo suficiente para experimentar, probar y mover las piezas a su antojo durante el proceso preparatorio. Pero no, él lo está haciendo ahora, en pleno torneo, en plena búsqueda de la ida a un Mundial, en un momento donde nada puede ser al azar.

A esta instancia se debió llegar con un ‘11′ inamovible, armado, con muchos minutos juntos. No con múltiples cambios de posición y de nombres tras cada partido.

Ayer, por ejemplo, puso a Manuel Lolas de lateral derecho. Un puntero por ese lado que nunca en su vida ha actuado en la última línea. A lo más ha jugado por la otra banda. Fue al sacrificio y, como era de suponer, estuvo complicado toda la noche con el aspecto defensivo y se llenó de críticas. Pero no es culpa de él, aunque de seguro su confianza se verá mermada.

Otro movimiento que hizo Ormazábal fue sacar de la titularidad a Tomás Avilés, uno de los más regulares de la zaga. También movió a Maicol León de la banda derecha para ponerlo en el mediocampo defensivo tirado a la izquierda. Y eso que entre los partidos contra Uruguay y Bolivia solo hubo dos días de distancia, es decir, una práctica. Improvisación pura.

Y por supuesto que otro de los grandes temas ha sido la convivencia en cancha de Darío Osorio, Lucas Assadi y Joan Cruz, los tres mayores talentos de esta generación. Hasta ahora solo suman... ¡15 minutos juntos! Un despropósito por donde se le mire. Es cierto que el de Colo Colo no ha sido titular permanente, pero más allá de la absurda amarilla que se ganó ante Bolivia, se hace notar cada vez que entra.

En el caso de las dos joyas azules, la situación no es distinta. De 270 minutos posibles, ambos han compartido cancha solo en 80. Assadi recién jugó su primer partido de titular en este tercer juego y Osorio ha sido sustituido casi siempre muy temprano. En el entretiempo ante Uruguay y a los 60′ ante Bolivia. Los dos jugadores que más se conocen en el plantel no juegan juntos. Otra locura difícil de entender.

Tal vez la frase de Ormazábal “son unos niños”, resume lo mal enfocado que está el DT. En el mundo, salvo en Chile, un joven de 19 años ya es un jugador adulto, ya debe ser responsable y consciente de sus actos. No hay que cuidarlos y sacarlos de la cancha si se ofuscan o si están amurrados.

Este grupo de futbolistas sabe que se está jugando su futuro, muchos son mirados desde Europa, pero el principal rival parece estar en la banca.