Mejor no volver a Chile
Las decisiones de Gary Medel y Arturo Vidal, en torno a lo que harán en los próximos meses, pusieron de relieve un asunto que siempre está dando vueltas. Tiene que ver con el paso final que darán los integrantes de la Generación Dorada. Algunos se entusiasman con verlos en la competencia local y los más fanáticos sueñan con ellos en la cancha, vistiendo la camiseta de los clubes que alientan. Al final, Medel firmó hasta fines de 2024 en Vasco da Gama y Vidal llegó a Curitiba para fichar por Athletico Paranaense, en principio, hasta diciembre de este año.
El ex volante de Flamengo se encargó de darle más importancia al tema. Por redes sociales, aseguró que “cuando alguien quiere a alguien, se la juega. Y si no se la juega, perdió”. Esa fue su respuesta a una consulta respecto de un posible retorno a Colo Colo. La prensa en Brasil dice que Vidal se tuvo que bajar el sueldo para llegar a Athletico Paranaense y cobrará cerca de $40 millones mensuales. Para Chile es un salario inmenso, pero en un instante algunos clubes sí lo pagaron. ¿No pudo el Cacique hacer un esfuerzo y haberle hecho una propuesta?
Menos mal que no fue así. Lo último que pueden hacer los referentes de la Roja es volver en una etapa donde todavía pueden aportar en equipos de mayor trascendencia. Ha ido decayendo con el paso de los años, pero aún poseen gran reputación futbolística. Miremos las cosas de aquí hacia allá y no desde Europa para acá, como lo hicimos en los mejores momentos de la Generación Dorada. Contar con chilenos en Flamengo, Vasco da Gama e Internacional de Porto Alegre (ahora último también con el regreso de Charles Aránguiz) siempre será una maravilla. Son pocos los que han llegado a la liga brasileña y, por mucho que allá todavía se acuerden de la hazaña de Elías Figueroa, cuesta un mundo entrar con el rótulo de cracks que hoy exhiben los referentes de la Selección.
En buen chileno, acá hay muy poco brillo. Bandas delictuales, particularmente controlando a las barras de los clubes grandes, hacen lo que quieren y no les pasa nada. Universidad Católica, Colo Colo y Universidad de Chile purgan, purgaron y lo más seguro es que también volverán a purgar sanciones por la inconducta de algunos de sus seguidores. Ya, hagamos un poco de ficción. Imaginemos que Vidal, Medel y Aránguiz optan por retornar finalmente a la liga chilena, pero acá se encontrarían con partidos sin público en las tribunas por las incivilidades de un número cada vez mayor de sus aficionados. ¡Lindo recibimiento!
Lo otro guarda relación con la competitividad del fútbol chileno. Colo Colo, el mejor equipo de 2022, está disputando un repechaje por acceder a los octavos de final de la Copa Sudamericana. A los de la Generación Dorada les gustan las peleas grandes y el desempeño internacional no cuadra con sus expectativas. En Athletico Paranaense, Vidal seguirá disputando la Libertadores y el nuevo equipo del volante disputó la final del certamen el año pasado. Internacional de Porto Alegre enfrentará a River Plate en segunda ronda y Aránguiz tendrá la chance de estar frente a otra de las mejores oncenas del continente. La situación de Medel es distinta: Vasco da Gama recién ascendió el año pasado y hoy el objetivo central es conservar la categoría. Sin embargo, cada fin de semana se cruzará con Flamengo, Palmeiras, Gremio, Sao Paulo, Fluminense, Botafogo y otros ilustres de Brasil.
También está lo que pasó con Mauricio Isla en su retorno a la UC. ¿Quién iba a pensar que terminaría yéndose pocos meses después de su llegada? Su desempeño fue de más a menos y aún estamos a la espera de oír su autocrítica. Tenía todo para que hoy fuera la gran figura del fútbol chileno, pero algo pasó. Una cosa sí quedó clara con Isla acá. El respeto, por la trayectoria internacional y los logros con la Roja, dura solo hasta que enfrenta al equipo que apoyan los que están en las tribunas. Si hasta “fracasado” le gritaban al ex UC, un tipo que jugó casi 15 años en Europa y en tres de las cinco mejores ligas del mundo (Italia, Francia e Inglaterra). A lo mejor, los referentes no están para hacerse mala sangre con ese maltrato.