El pasto no es sólo para las vacas

Pese a los más de 30 años de relación con el periodismo deportivo, siempre hay algo que se encarga de sorprenderme. Cuando crees que ya lo has visto todo, siempre hay algo nuevo con qué deleitarse más allá de los límites del asombro.

En abril de 1991 era impensado que un equipo chileno ganara la Copa Libertadores. Después de eso, lo fue tener un número uno del mundo en el tenis, dos medallas de oro olímpicas, una Copa Sudamericana y dos Copas Américas.

Si bien todos esos logros estaban dentro del anhelo máximo de los fanáticos del deporte, después hubo otros que ni siquiera se soñaban. Por ejemplo, que golfistas chilenos fueran animadores del PGA Tour y la LIV y, lo más insólito de todo, que un compatriota estuviera y jugara en la NFL.

Esta mañana, Alejandro Tabilo consiguió algo que nunca ningún tenista nacional jamás se puso como objetivo porque... era inimaginable. El campeón de Mallorca sumó el primer título ATP de un chileno sobre pasto en la Era Open (desde 1968 en adelante), algo tan increíble como que un jamaiquino ganara medalla de oro en los Juegos Olímpicos de invierno.

La temporada 2024 del zurdo nacido en Toronto, quien es chileno por derecho y también por sus enormes deseos de serlo, ha sido sencillamente espectacular porque, más allá de lo que dicen los números -que es uno de los 20 mejores jugadores del mundo-, ha roto esquemas.

En este año ganó sus primeros títulos ATP, definió una serie de Copa Davis con el Estadio Nacional lleno, se convirtió en el segundo chileno en ganarle a un No..1 del mundo en ejercicio, llegó a las semifinales de un ATP Masters 1000 y, lo que parecía imposible, es el primer chileno que gana un torneo sobre pasto.

El futuro es auspicioso, con los Grand Slam y la Copa Davis en la lejana Zhunhai en la mira. Da para soñar porque ya nada nos sorprende. Como dijo otro crack, nada es imposible.