Suazo y la oportunidad de su vida
Sí, puede parecer exagerado. Gabriel Suazo recién recién suma cuatro partidos disputados en el Toulouse, club al que arribó tras abandonar Colo Colo, pero lo que empieza a concretar en Francia tiene un aire llamativo. La sensación es que le va ir bien, porque llegó y empezó a jugar de inmediato, como si llevara, al menos, un par de temporadas en el equipo. Acá las hacía todas, en una de las peores ligas del continente, y trasladar sus contenidos individuales de juego a una de las mejores competencias del mundo tiene su mérito.
La cosa se parece mucho a cuando el zurdo tuvo su oportunidad en la Roja, durante las Eliminatorias para Qatar 2022. Tenía méritos para una convocatoria de Martín Lasarte, pero su falta de consistencia generaba dudas. ¿Cuántos fueron figuras en los clubes grandes, pero no les alcanzó para replicarlo en la Selección? Sin embargo, Suazo rompió esa inercia y, si la ruta al próxima Mundial comenzara mañana, por supuesto que debe estar entre los titulares. Será el lateral izquierdo de Chile de aquí para adelante, pensando en la renovación del plantel, y la competencia ocasional por el puesto con Eugenio Mena puede incrementar aún más su cuota de rendimiento.
Rápidamente, el foco de la atención en el Toulouse pasó de la extrañeza por el fichaje de Suazo (muchos reconocieron que no tenían idea de quién era) al desempeño correcto que ha tenido. Genera apoyos constantes, siempre busca estar en contacto con el balón cuando la jugada lo exige, arriesga con conducciones desde la última línea y sus desdoblamientos ofensivos son repetidos como en Colo Colo. El patrón individual de juego del zurdo es el mismo, pero el valor ahora radica en que está en una liga más competitiva. Hace algunos días, mostró parte de lo que hacía acá en los minutos que actuó contra el PSG de Messi y Neymar.
De todos modos, hay una duda que ronda sobre su desempeño. Tiene que ver con el aspecto físico. Suazo maduró en su entendimiento del juego y en esto tuvo que ver la definición, sí o sí, como lateral izquierdo. Olvidó su etapa en el fútbol formativo de volante mixto y el interés por replicar esto en el profesionalismo. Pero la variable física sigue siendo un tema a tener en consideración, sobre todo sometido a las exigencias máximas del nuevo contexto.
Al margen de las figuras mundiales del PSG, el ex colocolino se enfrentará con oponentes veloces, fuertes y tanto o más jóvenes. Su fuerte no es la velocidad ni la fuerza, es principalmente un hombre con una elevada cuota de resistencia y así puede cumplir con las exigencia de “kilometraje” que demanda el puesto de lateral izquierdo. El primer reto al respecto es iniciar un plan de fortalecimiento complementario que lo acerque a los parámetros predominantes del fútbol francés en las dimensiones que no son su fuerte. La variable genética es determinante en la velocidad, pero sí en la fuerza la mejoría puede ser mayor mediante el entrenamiento. Ahí debería poner el énfasis.
Lo otro tiene que ver con la evolución táctica individual, que es la gran falencia en general del futbolista chileno. En muchos lugares, todavía la formación se desarrolla enseñando principalmente la técnica y no las soluciones a los problemas que el juego plantea (dimensión táctica). Para sobrevivir en Francia, Suazo tendrá que profundizar las respuestas adaptativas a los dilemas de la cancha. Ante jugadores jóvenes, fuertes y veloces, un juego posicional óptimo (no perder la espalda, cerrar en el momento justo o pasar al ataque no antes ni después sino que en el instante preciso) le será imprescindible.
Esto último fue el gran avance de Suazo en Chile y le permitió llegar a Europa. Ahora viene una segunda fase de desarrollo, más exigente, en la élite del fútbol mundial. Que le vaya bien.