¿Qué le pasó a Gil?

Leonardo Gil causó impacto inmediato tras fichar en Colo Colo. En su primer partido le hizo un golazo a Universidad Católica y con sólo un par de días de trabajo echó por la borda el discurso de la adaptación. Ahí y en los meses sucesivos rindió, de eso no hay dudas. En ese 2021 fue un verdadero refuerzo con ocho goles y un nivel muy influyente en el andamiaje del equipo. Todos lo pedían para la Roja y razones había de sobra.

Pero nada es para siempre, dicen, y más aún en el fútbol. En el 2022 sólo anotó un gol y en este 2023 la cosa no pinta mejor. Ante Boca Juniors fue uno de los más bajos del equipo. No se hizo notar, no creó juego y César Fuentes, un volante netamente defensivo y sin las bondades técnicas de él, terminó mostrando una mayor contundencia ofensiva.

Sus defensores dirán que el cambio de posición es el gran responsable de que su rendimiento vaya a la baja. En su origen, Gil es un volante mixto, con partida desde atrás y con la cancha de frente, pero con Gustavo Quinteros ha debido asumir el rol de ‘10′. Son puestos distintos, es cierto, pero después de dos temporadas jugando ahí hay que adaptarse y mejorar. Tampoco es que pasó de ser volante a lateral o puntero. Subió unos metros más en la cancha y aunque tiene menos espacio para maniobrar y pensar, la variación que le impuso el DT no es algo tan radical.

También perdió su capacidad para pegarle desde afuera y para patear tiros libres, y eso no tiene nada que ver con que esté unos metros más arriba o más atrás en el campo de juego.

Además, como que siempre se le ve ofuscado, molesto con sus compañeros, y eso misma lleva a que de vez en cuando cometa algún exabrupto como el codazo que le dio a Ignacio Saavedra en el partido ante Universidad Católica.

Gil debe replantearse todo. Ya no es la gran figura del equipo ni menos tiene un puesto asegurado, pero su calidad es innegable. Debe mejorar su disposición y asumir un liderazgo positivo. No es un jugador más del plantel. Es de lo más experimentados y con su ejemplo debe ayudar a la gran cantidad de jóvenes que está irrumpiendo. Le queda tiempo para intentar ser el mismo del 2021, pero la espera tampoco será eterna.