Quinteros no salvó a Colo Colo de la B ni quedará en la historia

Gustavo Quinteros se va de Colo Colo y más allá de que diga una y otra vez que salvó al club del descenso y que hay que agradecerle de por vida por eso, su afirmación es inexacta. En aquella magra campaña del 2020, él dirigió 22 de los 34 partidos del torneo, es decir, tuvo una gran responsabilidad en que los albos estuvieran al borde de caer a la B.

Ganó siete de esos duelos, empató nueve y perdió seis. ¿Más datos? Llegó en la fecha 14 del campeonato y el Cacique en ese momento estaba 17°. Tras su gestión, terminaron tan sólo un puesto más arriba. No fue una campaña para recordar ni mucho menos. En síntesis, no hay que ponerle el cartel de redentor que muchos creen y que él ha pregonado hasta la saciedad.

“Jugué siempre con muchos jóvenes”. Esa es otra afirmación del DT que no es ciento por ciento verídica. Las apariciones de nuevos jugadores fue más bien por emergencia que por convicción. No fue por su ‘buen ojo’.

Vicente Pizarro comenzó a ser titular inamovible hace sólo algunos meses, porque sus intocables bajo toda circunstancia eran Pavez y Fuentes. Daniel Gutiérrez había empezado brillando en la Copa Libertadores, aparecía en los rankings de mejores defensas, pero de un momento a otro lo sacó para poner a Ramiro González, de discreto rendimiento. Damián Pizarro explotó bajo su mando, es cierto, pero su aparición fue porque Darío Lezcano y Leandro Benegas, dos fichajes que él visó, no dieron el ancho. De hecho, por el segundo él insistió una y otra vez. Y después lo usó poco y nada.

Alan Saldivia fue una revelación, pero no era tenido en cuenta. No iba ni a la banca y debía conformarse con jugar en el Equipo de Proyección. Las lesiones obligaron a que lo pusiera, pero si eso no hubiese pasado, tal vez la historia con el uruguayo era distinta. No es que él lo descubrió.

Al final, de tres torneos locales completos sólo ganó uno. Poco para tratarse del equipo de mayor presupuesto de Chile y donde casi siempre tuvo todo lo que pidió. También se escuda con que le desarmaron el equipo campeón del 2022 tras las partidas de Óscar Opazo, Gabriel Suazo y Juan Martín Lucero, pero un DT debe ser capaz de sobreponerse a eso que es algo común en cualquier equipo del mundo.

Hubo errores dirigenciales en esas salidas abruptas, eso no hay que negarlo, pero él tuvo toda la potestad para elegir a sus reemplazantes. Le ofrecieron múltiples nombres y los que llegaron fue porque él quiso. No se puede desligar de eso ni echarle toda la culpa a Daniel Morón.

Por último, sus números en el concierto internacional son paupérrimos. Nunca pasó la fase de grupos de Copa Libertadores y sólo ganó tres de 13 partidos: 2-1 Fortaleza en Brasil, 2-1 y a Alianza Lima en el Monumental en 2022 y 1-0 a Monagas en 2023 en Macul. En Copa Sudamericana tampoco avanzó y quedó eliminado con Internacional Porto Alegre en 2022 y América MG en 2023. Perdió 4-1 y 5-1, respectivamente en Brasil.

Quinteros ganó menos de lo que un DT de Colo Colo debe ganar. No quedará en la historia.