Víctor Dávila y la oportunidad de su vida
Si la mala suerte existe, a Víctor Dávila le ha tocado lidiar con los infortunios todo este tiempo en la Roja. Se encontraba en la etapa inicial de su carrera cuando Chile obtuvo el bicampeonato de América, así que no contaba con ninguna chance de estar en el plantel. Recién apareció con algo de regularidad en las nóminas para las Eliminatorias del Mundial de Qatar. Ya sabemos cómo le fue a la Selección y que haya sido el mejor chileno actuando en el fútbol de México no impidió que su aporte estuviera bajo lo esperado.
Contra Paraguay, finalmente Dávila concretó todos los antecedentes que le brindaron un lugar en la Roja. Fue la figura de la cancha con buen juego, goles y trascendente sentido colectivo. Dio la sensación de que llevara años inserto en la oncena que hoy conduce Ricardo Gareca. Antes también mostró atributos de juego relevantes en los amistosos contra Albania y Francia, incluso anotó el primer gol en la Selección. Se esperaba que el DT intentara un nuevo diseño ofensivo, con Diego Valdés y Darío Osorio como innovaciones principales, así que la titularidad absoluta de Dávila no aparecía tanto en la agenda.
Nunca estuvo muy clara la función y el puesto de Dávila en la Roja. Entonces, lo que ha hecho Gareca es meritorio, definiendo un rol nítido y funcional para el iquiqueño. En el contexto del sistema 1-4-4-2 que ha empleado el DT, Dávila cumple la función de volante ofensivo y se ha desempeñado en los puestos de mediocampista de ataque derecho e izquierdo. Su labor se inicia en las bandas, pero donde mejor rinde es cuando se posiciona en los espacios intermedios ofensivos. Desde esa zona ingresó al área penal de los paraguayos para anotar los dos goles en el último amistoso antes de la Copa América.
Dávila supera, en estado de forma, a Osorio y Valdés para desempeñar una de las dos funciones de volante ofensivo en la Roja. Es el gran hallazgo de Gareca y, si no pasa nada extraño, tiene que ser titular en Estados Unidos. Es un generador de asociaciones con avance que potencian la gestación y el juego ofensivo de Chile. Siempre se encuentra correctamente posicionado para entrar en contacto con el balón. Exhibe alta intención de gol e invade el área penal oponente desde su zona para finalizar las acciones ofensivas. Defensivamente, colabora, se esfuerza y, aunque no es su fuerte, interviene regularmente en el uno contra uno en las bandas.
Aunque parezca extraño, Dávila recién tiene 26 años. La sensación es que lleva mucho tiempo jugando desde que apareció en Huachipato y emigró rápidamente a México. Siempre los entrenadores tienen sus “preferidos” entre los titulares, por asuntos de gusto futbolístico e injerencia en el funcionamiento colectivo. El iquiqueño cumplirá este rol con Gareca, no cabe duda. Por recorrido internacional y momento actual de juego, se encamina a ser una de la figuras de Chile en la Copa América y después en las Eliminatorias debería ocurrir lo mismo. Es uno de los jugadores necesarios para no quedar fuera de un Mundial por tercera vez consecutiva.