Vidal o Aránguiz
Muchos han querido ver una crítica donde solo se aprecia una descripción cabal de lo que sucedió en el pasado reciente. En una nueva transmisión por Twitch, Arturo Vidal realizó un contrapunto entre su carrera internacional y la de Charles Aránguiz. Existen diferencias importantes, a raíz de los clubes por los que han transitado fuera de Chile y también debido a los logros personales que suman. La trayectoria del mediocampista de Athletico Paranaense es más vigorosa.
En el micro mundo de las redes sociales que reditúa con ser un símil de la realidad concreta, se armó la polémica. La cosa es que el final el cruce de opiniones se transforma en una pelea virtual de los hinchas de Colo Colo contra Universidad de Chile y la posibilidad de avanzar en un debate provechoso sucumbe. No hay posibilidad de encontrar puntos de acuerdo ni tampoco de reconocer los argumentos coherentes del otro. Se es albo o azul, no hay otro posibilidad, incluso cuando se esté hablando de dos jugadores vitales en la historia de la Roja.
Vidal pasó por cuatro de los 10 clubes top de Europa. Para un chileno, esto es notable, por mucho que el contexto fuera la Selección bicampeona de América. En ese momento, y ahora con mayor razón por cómo estamos, ya era muy difícil que se vuelva a repetir semejante suceso. Es lejos la mejor trayectoria de un futbolista nacional en el extranjero. Además, donde estuvo se impuso, con más o menos partidos jugados. Jamás pasó inadvertido.
El mejor Vidal lo apreciamos en la Juventus. Aspiraba a comerse el mundo y lo dejó claro durante las cuatro temporadas en el cuadro de Turín. Se convirtió en uno de los mejores volantes mixtos del mundo y rozó ganar la Champions League. La etapa posterior en el Bayern Munich también fue buena, pero el entorno era distinto. En un juego de toque y avances colectivos a través de la circulación del balón, la templanza en la cancha fue una obligación de Pep Guardiola. El ciclo final en Europa, por el Barcelona y el Inter de Milán, daba luces de que las cosas se van terminando. Con los blaugranas tenía todo para una titularidad cabal, pero el entorno conceptual nunca terminó de aceptarlo. En la vuelta a Italia, con Antonio Conte la cosa anduvo bien. Después llegó Simone Inzaghi y la sensación era que lo mejor fue partir.
Aránguiz cultiva un perfil distinto y se ha reflejado en el desarrollo de su carrera. Siempre la sensación en Europa fue que el Leverkusen era lo más parecido a su hogar en Puente Alto. Hubo algunos sondeos del Bayern Munich para ficharlo, a mediados de 2019, pero no pasó nada. Estuvo seis temporadas en el cuadro germano, casi una vida entera en el fútbol. Se convirtió en referente, le entregaron la jineta de capitán (y no la rechazó como en la Roja por sus convicciones personales) y su nombre fue conocido en la Bundesliga. Una etapa brillante para un chileno, aunque como no estaba entre los mejores clubes del continente su presencia tuvo un alcance más bien local. Solo una vez el Leverkusen había llegado una final de la Champions League y después participó y no estuvo en la competencia.
Hoy, ambos conviven en Brasil, con suertes muy distintas en la Copa Libertadores. Después de ganar el trofeo en 2022 con Flamengo, Vidal esperaba al menos seguir en el torneo tras la salida del cuadro de Río de Janeiro, pero Athletico Paranaense fue eliminado. Aránguiz está en un plano opuesto. Ya logró un puesto de titular, precisamente en medio de la competencia internacional, y el rendimiento colectivo crece aceleradamente. Internacional de Porto Alegre ya está en semifinales y es uno de los candidatos a obtener el título. ¿Igualará a Vidal en América si termina levantando la Copa? No, para nada. Son historias distintas, admitamos los matices.