ENTREVISTA AS

“Me he sentido invalidada... Por ser mujer tengo que demostrar 10 veces más que sé para ser tomada en cuenta”

En la segunda parte de su conversación con AS, Renata Almada habla de los prejuicios que hay sobre su trabajo en un mundo históricamente vinculado a los hombres.

“Me he sentido invalidada... Por ser mujer tengo que demostrar 10 veces más que sé para ser tomada en cuenta”

En la primera parte de su conversación con AS Chile, Renata Almada se refirió a su estrecha conexión con Chile, país en el que se radicó hace seis años. Ahora, habla de su trabajo como psicóloga en el deporte y los múltiples prejuicios que ha tenido que enfrentar por una serie de factores. Algunos no le molestan, pero otros sí.

- Su trabajo está estrechamente relacionado con el fútbol. ¿Siempre le gustó este deporte?

- Sí, porque nací en una familia muy futbolera y desde muy pequeña lo entendí. En casa, no había un fin de semana en que no viéramos un partido de Gremio o Inter (ríe). Mi hermano (Marcio Almada) jugó en la cantera de Gremio y desde los tres años hasta los 12, pasaba casi todos los días en un estadio. Observaba todo lo que pasaba. Veía a los utileros, la gente que lavaba la ropa, los jugadores llegando en sus autos... creo que tengo tanta información extrafutbolística que desde ahí empezó ese amor de transformar en ciencia al fútbol.

- ¿Cuándo se dio cuenta que quería ser psicóloga?

- Es que desde muy niña que fui al psicólogo, entonces eso me ayudó a desmitificar desde un comienzo su labor. Siempre tuve muy buena capacidad de escucha y de entregar una respuesta a mis amigos, me acuerdo que veía documentales de psicología muy chica.

- ¿Y la psicología en el deporte cómo aparece?

- Como con mi familia íbamos a ver a mi hermano al estadio, siempre veía a los jugadores profesionales llegar en sus autos y como que tenía la capacidad de identificar cuando estaban bien o no. Por ejemplo, alguien podía ser expulsado y yo recordaba que no lo había visto bien en la semana. Probablemente eso quedó en una parte de mi subconsciente, entonces hoy tengo mucha facilidad de identificar esos factores y tener una suerte de premonición por llamarlo de alguna forma.

“No se espera que una mujer de buena apariencia se maneje sobre fútbol y que una brasileña hable de fútbol chileno”

- ¿Se ha sentido invalidada por trabajar en un deporte que históricamente se ha visto como uno “de hombres”?

- Sí, mucho. Es sumamente cansador porque al final el criterio de validez de tu profesionalismo pasa por género, por nacionalidad y por la imagen que puedan tener de uno en cuanto a la apariencia. No se espera que una mujer de buena apariencia se maneje sobre el fútbol, que una brasileña se maneje en el fútbol chileno. Sí, esa es una bronca que tengo, me he sentido invalidada porque siento que tengo que demostrar 10 veces más que sé para ser tomada en cuenta.

- ¿Y eso le genera una presión extra en el día a día? ¿Cómo maneja ese cansancio?

- Me agota mucho. ¿Y cómo la manejo? Buena pregunta (piensa unos segundos). Las críticas de gente que no te conoce, no hablan de ti. Y lo aplico con los atletas con los que trabajo. Yo soy creyente de que uno debe ser muy consistente con algo hasta que esa situación sea normalizada por los demás. Sabía cuando iba a TNT Sports que iba a ser la cara de algo que es súper polémico y que la gente no toma en cuenta, pero lo haría todos los días, hasta que en algún momento sea más digerible para la audiencia. Pero es imposible decir que no me afecta.

- ¿En qué situaciones vio que le generaba incomodidad?

- Hubo pacientes que me dijeron ‘me gusta mucho este trabajo, pero por favor, me puedes recomendar un psicólogo hombre’. No me ha pasado una sola vez.

- ¿Empezó a desconfiar de su propio trabajo?

- No llegué a ese punto, solo pensaba si sería posible seguir con mi trabajo acá, si sería posible provocar el cambio de mentalidad que me gustaría ver en la gente y si yo estaría dispuesta a que ese cambió nunca se diera.

- ¿Cómo le gustaría que la recuerden?

- Como alguien que trató de hacer de forma muy ética, gentil y respetuosa su trabajo, respetando la cultura que no le pertenecía y que trató con todo esos factores entender dónde estaba y proponer una mejora en la salud mental en el fútbol. Mi legado hoy es saber que es posible hacer esos cambios aunque no pertenezcas a ese lugar siempre.