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Suplementos alimenticios: ¿En qué casos se deben consumir?
Hay una amplia oferta de suplementos, pero no todos cumplen lo que prometen ¿cuáles son los que sí?
Dentro del mundo del deporte y la nutrición en general, existe un boom por los suplementos, donde diversas pastillas, gomitas, infusiones y productos en polvo prometen efectos positivos en el cuerpo humano, tanto a nivel de rendimiento como de salud en general.
En el mundo se ha creado una industria multimillonaria donde según cifras de la Food and Drug Administration (FDA, dedicada a temas de alimentación y fármacos) aumentó el número de suplementos de 4000 productos en 1994 a más de 95.000 en la actualidad.
Existen algunos nutrientes o minerales que, por distintos motivos, llegan a presentarse de manera deficiente en el cuerpo humano. La creatina, el calcio, el ácido fólico o la vitamina D son algunos ejemplos de ello. Por eso mismo algunos suplementos son de gran utilidad cuando estos nutrientes no pueden ser consumidos a través de la alimentación ¿Quiénes deberían suplementarse?
En personas con deficiencia de nutrientes
El mejor suplemento alimenticio siempre será una dieta balanceada, pero muchas veces, por distintos motivos, el cuerpo no procesa (o no produce) la cantidad suficiente de ciertos químicos. Por ejemplo, durante mucho tiempo el escorbuto fue un problema entre los marinos dada su falta de acceso a frutas.
La deficiencia de nutrientes es un riesgo real y que se puede confirmar a través de una evaluación médica. A través de un examen de sangre se puede revelar si a nuestro cuerpo le falta alguna vitamina o mineral esencial, como pueden ser el hierro o algunas vitaminas, lo que se puede deber a alguna enfermedad o problemas en la dieta.
Es el caso por ejemplo en personas con dietas veganas o con condiciones como la anemia perniciosa, donde existe un alto riesgo de una deficiencia de vitamina B12, presente principalmente en la carne. Diversos estudios vinculan esta carencia con la depresión y falta de ánimo en general, pudiendo llegar a provocar confusión o cambios en el estado mental como lo es la demencia, además de verse afectada la concentración.
Condiciones preexistentes como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa pueden derivar en alguna deficiencia de nutrientes producto de un cambio de dieta, por lo que puede ser aconsejable consumir algún suplemento. El consumo de ácido fólico en embarazadas es también otro caso de un nutriente que debe ser suplementado para evitar cualquier defecto en la etapa de gestación.
En adultos mayores
Con la edad, el cuerpo se vuelve menos efectivo para procesar ciertos nutrientes. La vitamina D por ejemplo, asociada a la exposición al sol, interviene en la absorción de Calcio por parte del cuerpo humano. Un suplemento adecuado de esta vitamina puede reducir el riesgo de perder densidad ósea conforme pasan los años.
También existe evidencia de que tomar un suplemento que combine vitamina C y E, zinc, cobre, luteína y zeaxantina (AREDS, por su sigla en inglés) puede frenar la pérdida de visión en personas que sufran de degeneración de la mácula relacionada con la edad.
En deportistas
En búsqueda de una mejor salud y de mejoras en su rendimiento, diversos suplementos han tomado popularidad dentro del ámbito deportivo. Aunque algunos de ellos pueden incluso llegar a ser peligrosos (como los esteroides), existen alternativas naturales y seguras para el cuerpo humano.
La creatina, por ejemplo, es un aminoácido producido de manera natural por el cuerpo humano y que desempeña un papel crucial en la producción de energía, especialmente en las células musculares. Es utilizada especialmente durante actividades de alta intensidad y corta duración, por lo que es útil en contextos de entrenamientos y competencias.
Al ser producida por el propio cuerpo, esta sustancia está permitida en competencias deportivas, sin tener efecto en pruebas como el doping. Es por esto mismo que la creatina se comercializa como suplemento, esto en el ámbito deportivo y del fitness.
