ENTREVISTA AS
“Nunca fui buen estudiante y saqué un carrera en Estados Unidos; me dio otro idioma, contactos en el extranjero...”
“Económicamente, ha mejorado mucho la situación. Jugar Challengers ya te da un buen premio cada semana y han aparecido más auspiciadores”, cuenta a AS.
Matías Soto tiene 25 años y es Top 250 del mundo con apenas dos temporadas en el tenis profesional. ¿Por qué? Porque antes de insertarse en el mundo ITF, Challenger y ATP, partió a Estados Unidos para jugar tenis universitario y, de paso, sacar una carrera.
Lo hizo en Baylor University, una casa de estudios ubicada en Waco, Texas, donde además de brillar en la cancha, logró el título de Relaciones Públicas y Gestión Empresarial.
- ¿Qué le dio esa vida de universidad más allá del tenis?
- Me preparó tenísticamente de la mejor manera, pero me dio para la vida muchísimo. Otro idioma, contactos en el extranjero, relacionarme de mejor manera, ser un buen estudiante. Nunca lo fui y saqué una carrera universitaria. Crecí como persona. Uno piensa que el trabajo del tenista es solo dentro de la cancha y no, es un todo. Eso me hizo aprender esa madurez de fuera de la cancha.
- ¿Estar lejos de la familia por tanto tiempo lo preparó para las giras tan largas que hace ahora en el profesionalismo?
- De toda la vida he salido de casa, bien chiquito, pero claro, no era fácil. Eran cuatro o cinco meses en los que uno estaba afuera solo y ahora en profesional se hace un poquito más fácil volver cada un mes y medio a ver a la familia. Es difícil, es la vida del tenista, uno sabe en lo que se está metiendo y así es esto. Feliz de lo que estoy haciendo.
- ¿Cómo es su relación con ellos teniendo en cuenta la distancia física de su profesión?
- La familia es lo que tenemos más cerca siempre estando afuera como con ellos. Trato de hablar siempre con ellos, nunca me han metido presión, entonces yo sé que después de un partido que pierda de forma dolorosa, puedo hablar con ellos y van a responder de buena manera.
- ¿Le ha cambiado la vida en cuanto a la exposición?
- Lo he notado estas últimas semanas que el cariño de la gente ha subido muchísimo. La gente me reconoce, no solo en las partes de tenis, sino que también afuera. En las redes sociales me llegan muchos mensajes, así que agradezco el apoyo de la gente, porque se ha notado el cambio y eso ayuda, porque a uno lo hace sentir bien.
- ¿Y en el lado negativo? ¿Apostadores, haters?
- Sí, obvio, pero eso es fácil: apretar un botón, bloquear y listo.
- ¿Y económicamente pudo dar ese salto para estar más tranquilo?
- Ha mejorado mucho la situación. Jugar Challengers ya te da un buen premio cada semana, han aparecido más auspiciadores como soy una cara un poquito más visible, y para allá vamos. Ahora todos los gastos van subiendo, porque uno tiene que mejorar los detalles, perfeccionar ciertas cosas que antes no estaban, agrandar el equipo de trabajo, porque cada vez más lo necesitas. Hay que seguir no más.