ENTREVISTA AS
“Mis hijas nacieron prematuras extremas, 60 días en la UCI; se las entregué a Dios y me ayudó”
“Mi señora es la mejor socia que pude haber encontrado en la vida. Con ella hemos construido algo que pensé que era inalcanzable”.
César Villegas Mena vive uno de los mejores momentos de su vida personal. El presidente de Deportes Limache está disfrutando de sus seis hijos: Nicolás (23), Lucas (13), César Joaquín (6), las mellizas Celeste y Filippa (3) y Borja, que cumplirá dos años muy pronto. Sin embargo, antes de tener este presente feliz, el dirigente del cuadro limachino y su esposa Daniela Jiménez vivieron unos años recientes muy complicados con los tres niños más pequeños.
La historia de vida de la familia Villegas Jiménez ha estado marcada por milagros, según indica el presidente de Limache a AS. Y cuando dice eso, realmente no exagera. En esta entrevista, el directivo cuenta detalles de los momentos más angustiantes de su vida. Es el lado más humano del líder del proyecto que sorprende a Chile.
- ¿Qué rol cumple su esposa en su vida?
- Con mi señora tenemos tres hijos. Dos mellizas prematuras extremas: estuvieron 60 días en la UCI. Nos costó miles y miles de horas salir con ellas y hoy, gracias a Dios, son una niñas que tienen tres años y que no quedaron con ninguna secuela. Eso es lo que uno le transmite a la gente: en la vida todo se puede con sacrificio y con fe, creyendo en el de arriba todo se da y se abren los caminos.
- ¿Cómo la describiría a ella?
- Mi señora es la mejor socia que pude haber encontrado en la vida. Más allá de que somos socios con mis hermanos y todo, ella es la mejor. Con ella hemos construido algo que pensé que era inalcanzable. Es mi pilar fundamental. Gracias al esfuerzo que ha hecho por mis hijas cuando uno no está en la casa por el trabajo, es ella la que le da los valores. Ella les transmite lo mismo que me transmitió mi madre. Soy un admirador de ella por lo que ha hecho por mí como persona.
- Imagino que su familia es con quien puede desconectar del trabajo...
- Totalmente. Todo lo que sea trabajo queda fuera de la puerta. Como te decía, mis mellizas estuvieron dos meses en la UCI, conectadas, y hoy en mi casa las puedo disfrutar, besar, amarlas, darles las buenas noches y esas cosas son impagables, es lo más lindo de la vida. Son el motor de nuestras vidas, los niños son el futuro de Chile.
- ¿Cómo fue afrontar mentalmente esos meses con sus hijas en la UCI?
- Mis hijas se llaman Celeste Milagros y Filippa. Milagros porque nació y tuvieron que reanimarla. De ahí, ¿uno qué más se encomienda? Está la UCI y el cementerio. Yo le entregué a mi hija a Dios prematura, conectada, en plena pandemia. Cuando uno cree, el de arriba te ayuda. Hoy verlas crecer y como juegan, uno dice ‘de verdad existen los milagros’.
- ¿Recuerda cómo fue el momento en el que les dijeron que podían irse a su casa con ellas?
- ¡Ufff! Fue un 15 de febrero, después del Día de los Enamorados. Fue impagado, impensado, y soñado, te lo juro. Llegamos a mi casa, nuestra familia nos esperaba con fotos de todo el proceso que hemos vivido. Y hoy verlas... son unas guerreras. Mi padre siempre me dice que son sus milagros de Dios. Después está Borja, el más chiquitito, nació con una craneosinostosis, fue operado e inducido a coma, pero te lo juro: si uno cree en Dios o un ser superior, como quieran llamarlo los creyentes, uno se entrega y de ahí lo que venga, se puede afrontar.
- ¿Le cambió la perspectiva de su vida todo lo que debió pasar?
- Para nada, porque la vida me ha dado mucho y hoy tengo la suerte de disfrutarlo. Soy de una familia de escasos recursos, con situación compleja en lo económico, pero nadie nos quitó el sueño. Mi padre siempre me dijo que no porque éramos pobres, no íbamos a lograr nuestras cosas. Hoy hemos logrado mucho, pero el hambre no lo perdemos. Queremos seguir sacando niños de ámbitos vulnerables.