Arcos
Lo ganó Tapia
Atlas superó a Colo Colo en el primer tiempo. Por amplio margen. Tuvo cuatro ocasiones claras de gol. Solo intervenciones notables de Justo Villar impidieron la apertura de la cuenta de los mexicanos.
Muchos dicen que el equipo de Jalisco se metió atrás y salió rápido de contra. Discrepo. Me parece que fueron un equipo corto, que aprovechó la amplitud de Colo Colo para dominar el duelo con sus claves.
Héctor Tapia tuvo la lucidez para darse cuenta que su esquema no estaba funcionando. Y cambió. Hay entrenadores y jugadores dicen que nunca van a modificar su modo de jugar, ni siquiera en la derrota. El técnico de los albos tuvo la sapiencia y humildad para darse cuenta que debía mover el tablero. Hizo un cambio que para algunos sonaría defensivo, pues sacó a un extremo (Juan Delgado), ingresando un volante de corte (Claudio Baeza). Pero esa modificación nominal fue todo, menos defensiva. Lo que hizo fue recuperar el control de la mitad de la cancha, adueñarse de la pelota y a partir de allí generar juego.
Pasó Colo Colo a un clásico 4-4-2. Después, con un equipo mexicano urgido por el resultado, entró Emiliano Vecchio, quien siempre complica, dejando arriba a un Humberto Suazo, que hizo un partido de sacrificio notable y Esteban Paredes, cuyo peso específico marca diferencias. Incluso el ingreso del paraguayo Cáceres fue importante. Otra vez cambió de esquema. Quedó con tres en el fondo, demostrando una versatilidad táctica importante. Tres estructuras distintas en el mismo pleito.
Colo Colo no hizo un partido brillante, pero sí un cotejo maduro. Ganar un partido que cuesta, un partido donde fuiste dominado en buena parte de sus fracciones, es signo de categoría para afrontar los duelos. Y los partidos de Copa Libertadores suelen ser así. Difícilmente haya un dominador exclusivo del juego.
Ningún equipo, ni los de Guardiola, juegan los 90 minutos de igual manera.
Colo Colo es un equipo con jugadores experimentados. Pero que juegan. Muchos criticamos en su minuto la longevidad del plantel albo. Pero el tiempo le da la razón al DT. Muchos son jugadores veteranos, pero de calidad. Esa madurez le está dando chances al Cacique de seguir en carrera en la Libertadores. Y le aporta nuevas facetas a un entrenador que sigue creciendo.