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El Juego de Posición del equipo de Ronald Fuentes

En el Estadio CAP de Talcahuano, Universidad de Concepción fue implacable con la U. Los penquistas se impusieron por 4-1 y eso que Johnny Herrera, arquero de los azules, fue uno de los mejores hombres en el partido. La diferencia futbolística resultó enorme, lo que se reflejó con nitidez en el marcador.

Los dirigidos por Ronald Fuentes actuaron con un sistema táctico 4-1-2-3. Como concepción de juego ofensiva predominante emplearon el Ataque Construido. Para defender, la mayoría de las veces lo hicieron mediante el Reagrupamiento Defensivo, a partir de la línea de 3/4 del terreno, aunque también sin descartar la Retirada Progresiva para custodiar su arco.

Sin embargo, lo más llamativo en la presentación del elenco del ex zaguero de la U, Cobresal y la Roja, aconteció en la fase de construcción o elaboración. Que fue eficaz, no caben dudas: convirtió cuatro goles y se perdió otros tantos. Pero las superioridades posicionales en la cancha del CAP y el encuentro permanente del tercer hombre en la circulación del balón (vigas maestras del Juego de Posición) exigen una mención aparte. Más allá del resultadismo simplón y campeante.

En la mitad de la cancha, los penquistas edificaron el triunfo que les permitió arrebatarle a Colo Colo, por diferencia de goles, el liderato del Apertura. Fernando Manríquez (hace tiempo que exhibe dotes de volante moderno con buen manejo de balón, ida y vuelta permanente, eficacia defensiva y buena cuota de gol), Alejandro Camargo y Michael Lepe dieron una buena muestra de lo que es el Juego de Posición.

Los mediocampistas en sus propias interacciones y en las conexiones con la última línea o el trío de delanteros no tuvieron problemas para superar la presión rival. Siempre el segundo o tercer pase traspuso la oposición del momento para llegar a un destinatario libre de marca. Así continuaba la tenencia del balón y se lograba el avance en el terreno de juego.

A la hora de poseer el balón, la ubicación en la cancha de los penquistas, en todo momento, permitió la generación de primera, segunda y tercera línea de pase (otro elemento clave del Juego de Posición). Para aquello, no fue demandante una movilidad grandiosa. Al contrario, exigió desplazamientos inteligentes, sobre todo del tercer hombre en recibir el balón, a la espalda de la primera línea del presión del oponente, para generar el quiebre defensivo en el rival y la continuidad de la circulación.

Cerca del descanso, Ronald de la Fuente, buen lateral izquierdo en el Campanil, volvió a dejar en ventaja a Universidad de Concepción, tras la paridad momentánea lograda por Leandro Benegas. El gol fue la muestra palpable de todo lo dicho.

El local movió el balón en la izquierda, gracias a buenas triangulaciones y con  los azules llegando a destiempo en cada intento de acoso. Luego, la pelota cayó en el área y un intento de remate de Manríquez se transformó en pase para que De la Fuente marcara el 2-1. La defensa rival otra vez deambulaba de una lado a otro sin poder marcar a nadie, debido a la conexiones entre los que atacaban.  

Defensivamente, los penquistas no tuvieron enormes complicaciones. Conscientes de que en cada elaboración estaban generando las condiciones para custodiar su arco en caso de perder el balón, el equipo de Fuentes siempre estuvo bien organizado. Claro, porque la generación de varias línea de pase ocasiona como contrapartida un escalonamiento defensivo que no da mucho espacio a la sorpresa en el ataque del oponente.

La idea del Juego de Posesión es que si estamos relativamente juntos para construir acciones ofensivas, en distintas línea y escalonados, estaremos perfectamente organizados si perdemos el balón, evitando así el desequilibrio defensivo. 

Tal como lo hizo Universidad de Concepción ante la U, que buscó al menos el descuento. Sin embargo, colisionó con una red de interacciones defensivas eficaces, que en cosa de segundos se reconvertía para construir y atacar, tras la conquista del balón. Enorme mérito del equipo de Ronald Fuentes.