El día que Julio Peralta fue el doble de Fernando González
Julio Peralta se retiró varias veces del tenis, pero siempre regresó. A los 34 años obtuvo su primer título ATP y tiene muchas historias que contar.
Julio Peralta tiene una historia interesante que contar. La de la eterna promesa que va y vuelve, la del deportista talentoso que jamás pasa inadvertido, pero que no logra marcar el hito que todos esperan. A los 34 años posee una numerosa corte de fieles seguidores que gozan con sus andanzas.
Comenzaron a fijarse en él en noviembre de 2000, en el challenger en el Club de Polo, cuando entró como wild card y cayó en tres sets apretados ante David Nalbandian. Disfrutaron con el triunfo ante Dominik Hrbaty, por 7-6(4), 6-4, en Braunschweig 2003, en los tiempos que el eslovaco era Top 50 y la bestia negra de Marcelo Ríos. Esos hinchas sufrieron con los retiros, se esperanzaron con los regresos y celebraron la semana pasada, cuando Peralta ganó su primer título ATP en dobles. El tiempo les dio la razón y premió la fe invertida.
Julio Peralta nació en Brasil, pero comenzó a jugar tenis en Paramaribo, la capital de Surinam, donde su padre ejercía como dentista. Al regresar a Chile se incorporó a Campeones para Chile de la UC. "Mucho se habla en Chile de que Julio no tenía un físico que acompañara su talento, pero no creo que sea así. Lo de él fue una combinación de mala suerte y malas decisiones", cuenta Eduardo Aspillaga, uno de sus primeros técnicos.
"Es sin lugar a dudas el jugador más talentoso que me ha tocado dirigir", dice Juan Pablo Abarca, quien actualmente es director de la academia de la Ex No. 1 del mundo, Justine Henin, en Bélgica y quien trabajó con Peralta en la Academia TSP.
Cuando comenzaba a destellar, una hepatitis marcó una pausa importante en su carrera. "Volvió a jugar inmediatamente sin una pretemporada adecuada. Y eso fue clave, porque el hígado es el metabolizador del organismo para la síntesis de proteínas. Ahí vinieron las lesiones", explica Aspillaga, quien trabaja en el Broadway Tennis Center, en la zona de la bahía de San Francisco.
Ganó su primer challenger en 2003 en Belo Horizonte y estuvo nominado para el equipo de Copa Davis que enfrentó a México en Querétaro junto con Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Phillip Harboe. El miércoles previo se lesionó. "Tenía una visión de juego y un entendimiento de qué hacer en la cancha increíbles", explica Abarca. "Sabía cómo desarmar al otro, cómo absorber la velocidad del otro".
A fines de 2004 decide retirarse, debido a las complicaciones físicas que tenía. Primero con la espalda y luego con un hombro. "Se fue a la universidad en Estados Unidos y después intentó regresar un par de veces", cuenta Aspillaga.
A comienzos de 2007 se reunió con Fernando González en San Diego, California. El Bombardero de La Reina realizaba una pretemporada que sería clave en su vida, ya que un mes después llegó a la final del Abierto de Australia.
"Entrenamos muy duro dos semanas. Jugamos alrededor de 20 sets de alta intensidad y Julio me ganó 19", comenta González. Aspillaga recuerda que Larry Stefanki estaba impresionado: "Larry le decía: '¿Qué haces tú jugando en la universidad? Regresa a ATP'".
El éxito en Australia y alcanzar el No. 5 del mundo le valió una serie de contratos nuevos a González, entre ellos el de una bebida isotónica. En el comercial de TV, el Bombardero recorría Santiago por calles, paredes y azoteas pegando derechazos fulminantes. "Peralta fue mi doble", cuenta Feña, reconociendo que su compeñero de prácticas se llevó el trabajo de mayor peso en la filmación del spot. Y luego bromea: "Yo no soy tan feo como él, por eso lo filmaban de lejos".
Peralta volvió al circuito en 2007 y el 2009 desapareció de los registros. Apareció en un par de torneos en 2011 y nuevamente en 2013. "El nivel tenístico siempre lo tuvo, pero no el competitivo. Es una persona que a veces no tiene mucho equilibrio en la cabeza. Le cuesta andar solo. Quizás por eso, y también a la experiencia acumulada, ahora le esté yendo bien en dobles", dice Aspillaga, quien agrega que "sería genial que clasificara a los Juegos Olímpicos con Hans Podlipnik".
"Quizás no tuve la habilidad para seguir la idea de cómo él ve el rendimiento. Él funcionaba dependiendo cómo se sentía. Lo más jucioso quizás fue haber seguido en su onda. Él es muy especial y me hubiese gustado ayudarlo más", confiesa Abarca.
Cuando la carrera parecía haber terminado, hubo un cambio radical. "Julio estaba trabajando en la academia donde estamos, acá en California. Tenía un puesto y funciones, pero consiguió un auspiciador estadounidense y se aventuró nuevamente en el ATP", explica Aspillaga.
Con 34 años, Julio Peralta está 70 del mundo en dobles y con un título en su palmarés. ¿Hasta dónde va a llegar? ¿Hasta cuándo va a seguir? A los luz de los hechos, es imposible pronosticar nada.