Sin explicación

No me simpatiza nada Sebastián Beccacece. Creo que es notorio. La manera en que irrumpió en Universidad de Chile, sin respetar al entrenador en ejercicio, fue una alerta: el individuo de marras estaba tan ansioso, que no guardaba ni las más mínimas formas. También fue ilustrativo lo del contrato con la selección chilena: firmó una renovación días antes de renunciar, cuando tenía más que claro que no seguía. Ni hablar la demanda a la ANFP exigiendo que le paguen días de trabajo en Juan Pinto Durán, cuando él estaba instalado en las oficinas de Bethia planificando la temporada de la U.

Un winner total.

Como entrenador no lo puedo juzgar. No tengo los elementos. Ser ayudante de Jorge Sampaoli por años no dice nada. Ser alterno de un técnico exitoso nunca garantizó el éxito, muy distinto es aportar ideas, estar a un costado, que llevar el timón del proyecto.

Y en la U suma menos de 15 partidos oficiales. Muy poco para sacar conclusiones.

El equipo juega mal, está visto, cambia formaciones en cada partido y todas sus consignas (que son eso hasta el momento), se ven desmentidas en la cancha. También es visible lo pobre de sus análisis de los partidos frente a los micrófonos: casi siempre se limitan a aspectos morales, anímicos o ideas vagas, cercanas a los libros de autoayuda.

Además está esa obsesión por “cortar” y “colgar” jugadores, cuando al plantel de la U no le sobra nada.

Dicho todo lo anterior, hay algo que no entiendo y la confusión se profundizó el sábado en Playa Ancha. Una cosa es que la “idea” del entrenador no se plasme y otra muy distinta es un mamarracho como el de la defensa azul. Ni trabajando premeditadamente mal, planificando la derrota, se puede jugar de esa manera ¿Cuánta responsabilidad de Beccacece hay en que Carlos Muñoz le gane todos los cabezazos a Gonzalo Jara y Osvaldo González? ¿Dije Iván Zamorano o Samuel Etoo? No, Carlitos Muñoz y su muy chileno 1,74 metro. Basta con mirar los goles de Santiago Wanderers, en el último el ariete porteño ni siquiera despegó del suelo ¿Cómo es posible que los laterales de la U, y no sólo el sábado, les ganen siempre las espaldas?

Puede ser que Sebastián Beccecece sea mal entrenador, insisto que con menos de un campeonato no se puede ser concluyente, pero hay que reconocer que sus jugadores ayudan poco. O no ayudan nada. Si Gonzalo Jara jugaba contra Argentina de la manera que lo hizo frente a Wanderers, Chile perdía 7-1 en el Estadio Nacional. Imposible que a Jara se le olvidara jugar en menos de diez días.

Algo no me cuadra.