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Ecuador - Chile

Los 3 factores clave en la Roja para jugar en la altitud de Quito

No solo los 2.800 metros sobre el nivel del mar inciden en el Estadio Atahualpa. También hay otras variables que pueden ser relevantes en el duelo.

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Los 3 factores clave en la Roja para jugar en la altitud de Quito

Frente a Ecuador, la Roja disputará un partido vital en su afán de permanecer cerca del grupo de avanzada en las Eliminatorias. Se jugará en el Estadio Atahualpa de Quito, a 2.800 metros de altitud, a partir de las 18.00 horas. ¿Sobré qué elementos constitutivos del escenario del partido debe tener especial cuidado la escuadra que dirige Juan Antonio Pizzi?

Los 3 factores clave en la Roja para jugar en la altitud de Quito
Los 3 factores clave en la Roja para jugar en la altitud de Quito

1. Más altitud que Calama y El Salvador

El futbolista chileno está familiarizado con el desempeño deportivo en altitud. De manera habitual, lo hace frente a Cobreloa y Cobresal en Calama y El Salvador. Las localidades están situadas a 2.500 y 2.300 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.

En Quito la Selección actuará en un escenario más elevado. Entonces, es factible que se resienta más la capacidad aeróbica de alta intensidad de los jugadores nacionales, pues el ingreso de oxígeno al organismo es un tanto menor, a raíz de la presión barométrica más baja. Algo importante, ya que este elemento de la condición física es vital para soportar el ejercicio intermitente de alta exigencia que demanda el fútbol. 

Por lo tanto, resultará clave en los futbolístias nacionales el uso inteligente de su capacidad de movimiento. No desgastarse en desplazamientos sin sentido y asimismo aprovechar al máximo las pausas en el juego para acelerar al máximo la recuperación tras cada esfuerzo.

2. Liviandad del balón

La actividad deportiva con balón en altitud implica que el implemento se desplace a una mayor velocidad. Este aspecto constituye todo un desafío técnico para los jugadores y así acontecerá con los chilenos frente a Ecuador, en Quito.

Entre otras complicaciones relacionadas con la técnica, la principal dificultad tiene que ver con el cálculo en la sincronización tiempo y espacio del cabeceo. El futbolista que actúa en el llano está habituado a llegar con cierta velocidad al encuentro con el balón, pero tal aproximación a la pelota debe cambiar en un contexto de altitud geográfica.

Sobre todo los defensores deberán tener máximo cuidado en los despejes y no ser sobrepasados por el balón. Así también Claudio Bravo en cada salida a descolgar centros y también en los tiros de media distancia, los que viajan a una velocidad mucho mayor. De hecho, en Guayaquil los arqueros entrenaron con balones de vóleibol para replicar, en parte, la dinámica de acción de la pelota en Quito.

3. Una cancha 'comepiernas' 

El pasto del Estadio Atahualpa de Quito es típico de zonas tropicales. Se trata de una grama mucho más gruesa y esponjosa, dando forma a una superficie que en el lenguaje futbolero se conoce como una cancha pesada o 'comepiernas'.

Tal característica posee una incidencia en el plano de la condición física y también en la arista técnica. En la primera hay una mayor demanda energética en el futbolista, debido a que la exigencia motriz es mayor para desplazarse en una superficie inestable, en la que se tiende a hundir en cada paso.

Lo segundo, en relación al manejo de la pelota, la atención debe ser máxima en la magnitud del impacto al balón. Hay mayor resistencia por la espesura del pasto, aunque la altitud puede tender a disminuir en parte este fenómeno.

Con toda seguridad, ambos aspectos han sido considerados en la Roja. Es probable que se hayan conversado y tomado las medidas de mitigación tendientes a evitar un impacto negativo en el juego de la escuadra nacional.