Paolo Guerrero, la gran amenaza de Perú sobre la Roja
La facultad de actuar de espaldas al arco rival y su movilidad transversal, entre otros atributos, tornan muy peligroso al ariete y capitán incaico.
"Paolo Guerrero es el delantero que más me ha costado marcar en mi carrera", señaló Gonzalo Jara en la antesala del duelo de esta noche contra Perú. "El juego de ellos se basa en buscarlo permanente y acompañar desde atrás los volantes", agregó el zaguero de la Roja.
Las palabras de Jara pusieron de relieve las aprehensiones que genera en Chile la presencia del centrodelantero incaico. Nominalmente, Guerrero actúa solo en el ataque, respaldado por una línea de tres mediocampistas. Sin embargo, sus valencias tácticas le permiten imponerse por sí solo también en los duelos con los defensores.
En primer término, lo que más llama la atención de sus prestaciones es la capacidad para jugar de espaldas al arco rival. El atacante mide 1,85 metros y la estatura es funcional a este atributo. Utiliza bien los brazos para impedir el anticipo defensivo. Cuando el balón viaja hacia él se interpone entre este y el marcador, bloqueando su accionar. Por último, su buena capacidad técnica gatilla que la pelota no rebote al llegarle a sus pies. Sus recepciones son eficientes y así obliga al defensor a solo temporizar la jugada.
Su ubicación es permanentemente en el eje de la delantera. Es un "9" típico. No obstante, tiene una inclinación a 'picar' en diagonal hacia los costados para recibir más libre y perfilarse hacia el arco. Su salida no es explosiva, pero en tramos largos (30-40 metros) se impone en la carrera por la frecuencia y extensión de su zancada. Así les gana las espaldas a los laterales rivales y obliga también a los centrales a abandonar su zona de confort.
En el frontis del área, Guerrero también sorprende con buenas desmarcaciones transversales, como en el gol que significó el empate 1-1 parcial contra Argentina. Cuando el balón está en el costado y en diagonal respecto de su ubicación en el centro, les gana con facilidad el perfil a los zagueros, quienes obligadamente deben seguir con la vista la pelota y no perder la referencia del atacante. Esta capacidad para utilizar los pasillos ofensivos interiores, a veces, suele ser letal.
Por estatura, el ariete también tiende a imponerse en el juego aéreo. Sin embargo, no es el típico "9" que ataca el primer palo para ganar por corpulencia y anticipo ofensivo. En el instante de la salida del centro se ubica atrás para recibir la pelota pasada e imponerse por envergadura ante el retroceso del marcador.
Finalmente, su buena capacidad técnica le permite, a ras de piso, actuar como un pívot bastante funcional en la construcción de los peruanos. La secuencia de pases no se ve interrumpida por su participación en el proceso de interacción. Utiliza el control orientado para recibir, perfilarse y darle continuidad al juego, generalmente, con un habilitación de apertura para ir a buscar la devolución por el centro.