L. Iturra
Brillo en las penumbras
Parecía una metáfora. A medida que pasaban los minutos y Chile perdía ante Bolivia, los focos de iluminación del estadio Francisco Sánchez Rumoroso se iban apagando. La Roja intentaba sobrepasar la poblada zaga boliviana al mismo tiempo que el escenario iba quedando en penumbras.
La estadística es ampliamente favorable ante Bolivia. La última vez que la Roja perdió fue hace 20 años, cuando Mirko Jozic aún vivía por estos lados. El equipo de Sampaoli no distaba mucho del de otras jornadas, con toque y vértigo, pero sin poder embocarla. Y como esto no es boxeo, donde se puede ganar por las tarjetas de los jueces, las dos estocadas de Carlos Saucedo establecían una diferencia que era decidora.
Estamos claros que este Chile, salvo en el partido contra Holanda en la Copa del Mundo, habitualmente brilla. Pero cuando no hay cómo meterla dentro parece que se rememoraran los tiempos del "jugamos como nunca y perdimos como siempre".
Los tenistas dicen que el mejor índice para medir su calidad es la capacidad de ganar cuando no juegan bien. Algunos le llaman a eso categoría.
Al final del partido, Chile atacó con el balde puesto y el dudoso penal sobre la hora evitó la ignominia. Anoche faltó brillo. Y no fue por culpa de los focos apagados.