Análisis Táctico
Las dudas azules que la UC puede aprovechar en el clásico
La U parecía una fuerza poderosa, pero cayó ante Colo Colo y ganó sufriendo a Palestino. ¿Los cruzados podrán dar el golpe?
El impacto de la derrota de Universidad de Chile ante Colo Colo alcanzó también al clásico universitario, que este sábado animarán los azules y Universidad Católica. La U llegará al Estadio Nacional con los albos y Wanderers muy cerca, por la estrechez con que ahora se miran en la tabla. Un escenario impensado, desde el punto de vista futbolístico, si el partido que se disputará en Ñuñoa hubiese acontecido antes.
En el triunfo ante Palestino, la escuadra de Martín Lasarte recuperó en parte el estilo de juego al que le sacó lustre en la etapa anterior a la caída en el Monumental. Con una dupla de zagueros centrales improvisada, cosa que no ocurrirá frente a los cruzados (Osvaldo González y José Rojas cumplieron su suspensión), los azules mantuvieron alta la dinámica de juego solo en la primera parte. Fueron amplios en ataque, porque Sebastián Ubilla y Patricio Rubio jugaron por las puntas, y hubo velocidad en la gestión del balón, gracias a la dupla de volantes ofensivos de Ramón Fernández y Gustavo Lorenzetti.
En el segundo tiempo, la U volvió a ser el equipo que deambuló en el Monumental. La posesión del balón la monopolizó Palestino. Ante ese panorama, Ricardo Guzmán Pereira naufragó, solitario, en la recuperación y/o interrupción del juego. La ventaja se sustentó solo en la solidez del inédito tándem de centrales (Benjamín Vidal y Cristián Suárez), ya que los laterales sucumbieron frente al toque fluido tricolor. La angustia pudo ser menor, pero los que estaban en ataque solo cumplieron una parte del manual del contraataque: avanzaron con velocidad y sincronía hasta el área, pero el pase al delantero mejor ubicado para la definición, generalmente ubicado en el hemisferio opuesto al balón, brilló por su ausencia.
Golpeada aún por la derrota en el Superclásico, la U parece transitar por una inquietante bipolaridad. Es el equipo agresivo, dinámico, profundo, intenso y simple del inicio, por momentos, pues ante un asomo de reacción oponente el funcionamiento defensivo parece resquebrajarse. Flaquea la contención en la mitad de la cancha, los laterales son superados en los duelos y domina una sensación de debilidad que hace peligrar todo marcador favorable. Así, resulta inviable que Lasarte alinee dos volantes ofensivos y tres atacantes.
La sensación es que así se encuentra la U en este momento.
Por su parte, la UC solo en momentos escasamente puntuales ha logrado vulnerar su indefinición futbolística. El estilo de un equipo no solo se nutre del sistema de juego (distribución de los jugadores en la cancha), sino que también cobra vida a partir de las relaciones que los jugadores establecen con la pelota en movimiento. Los entrenadores trabajan sobre las interacciones de los futbolistas para así fortalecer el rendimiento singular de cada uno de ellos. A los cruzados les ha costado enormemente cuajar un grado de asociatividad que sustente un rendimiento futbolístico. ¿Existe algún tándem o trío que se pueda identificar como productivo en la oncena? Por lo menos, en la U están los tres delanteros, quienes han brillado por largos momentos.
La tabla de posiciones no miente y crucifica a la UC, que deberá superar sus límites para imponerse. O tal vez desarrollar inéditos niveles de interacción entre sus líneas, que lo conviertan en una fuerza eficaz y productiva. La U puede aportar al éxito cruzado si en su cabeza, el equipo continúa jugando aún el partido del Monumental y olvida todo lo hecho hasta antes del Superclásico.