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Entre ovaciones y silencios: El partido aparte de Julio Barroso

El Monumental se cuadró con el defensa en la disputa y lo recibió como a un ídolo. El zaguero se rehusó a hablar antes y despúes del triunfo ante Audax.

Actualizado a
Julio Barroso fue ovacionado durante varias ocasiones por el Estadio Monumental.
Photosport

Julio Barroso vivía un partido aparte este domingo. Seis días después de sus incendiarias declaraciones y ser citado al Tribunal de Disciplina de la ANFP por sus dichos, el defensa salía a la cancha del Monumental convertido en el gran protagonista de la semana.

En las tribunas el público no quedaba ajeno al momento que vive el zaguero y desde la primera vez que su nombre se oyó por los altoparlantes, se ganó una ovación de cerrada de los casi 20 mil espectadores que llegaron a Macul.

La segunda llegaría minutos despúes. El argentino robó una pelota en la zaga y el público volvió a corear su apellido por largos minutos, dejando en claro su posición en la disputa.

En la cancha, Barroso mantenia su tranquilidad característica. Cumplía como siempre y anulaba a Felipe Mora sin problemas. Lo haría así hasta que delantero fue reemplazado por Mauro Olivi en la segunda mitad.

La entrada de su ex compañero complicó un poco más al "Almirante". Coincidió con el empate de Audax y parecía por primera vez en la tarde que la convulsionada semana comenzaba a pesar en el cuadro de Héctor Tapia.

Sin embargo, sería sólo una insinuación. Minutos más tarde Barroso vio desde lejos, como Vecchio paró con el pecho la pelota y derrotó a Veloso para el 2-1 y no dudó en cruzar toda la cancha para abrazarse con su compatriota. Era su desahogo.

Después llegó el final, los aplausos y el festejo. Barroso mantuvo el silencio tras el encuentro y fueron sus compañeros los que hablaron por él. "Este triunfo es para Julio", afirmó Vecchio y la frase se repitió en las bocas de casi todos sus compañeros.