Un ídolo de verdad

Chile ha tenido buenos deportistas. Pero son pocos los cracks, los ídolos. Esos que espontáneamente derrochan talento y que hacen creer que jugar a algo es lo más fácil del mundo. Pero que suman un carisma, una entrega, una sencillez y quizás hasta una irreverencia que cautiva a los hinchas.

Alexis Sánchez es uno de ellos. El tipo es buenísimo, quién lo duda. Es estrella en la Premier League, ha jugado dos mundiales, los videojuegos de fútbol lo usan como carátula. Para qué seguir...

Desde ese noble estatus, no le incomoda contar, como lo hace en la entrevista que hoy entrega AS, que supo de su traspaso al Barcelona cuando uno de sus amigos tocopillanos interrumpió la pichanga que jugaban en la calle. Reconoce con soltura que jamás imaginó que triunfaría en Europa. Contó que los amigos le ofrecían 50 ó 100 pesos por darse una voltereta en el aire y que lavaba autos porque "no había plata". Confiesa que el fútbol fue su salvación y que no podría imaginar la vida sin una pelota.

Esa naturalidad para hablar, la misma que muestra cuando regatea, hace bicicletas o se para después de las tremendas patadas que le pegan, es la que le permite ganarse el amor del pueblo.

Alexis es ídolo. Por lo que hace en la cancha y por cómo es. Y es un privilegio poder leerlo hoy.