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LEANDRO BENEGAS

La historia desconocida del delantero que quiere la U

Debutó a los 16 años, compartió con Alexis Sánchez en River y estuvo a punto de retirarse por un problema cardiaco. Se recuperó y hoy está cerca de dar el gran salto.

Actualizado a
Leandro Benegas suma 34 goles durante sus dos años en La Calera.
Photosport

Antes de ser tasado de un millón y medio de dólares, de llegar a Chile a Unión La Calera. Antes incluso de jugar en la cuarta división argentina, de estar al borde del retiro, de firmar en River y ser preseleccionado en una selección argentina Sub 20, Leandro Benegas hizo una promesa: dedicarse al fútbol.

Lo comenzó a lograr rápido. Tenía 16 años cuando debutó en el primer equipo de Independiente de Rivadavia en el Torneo de Argentino A  y 17 cuando recorrió los 1.189 kilómetros que separan Mendoza de Buenos Aires para firmar contrato con River.

"Fue un cambio total en la vida", recuerda a AS Chile. "Uno siempre sueña con ir ascendiendo en lo que hace y River es otra cosa, otro mundo. Un club así es lo que uno siempre sueña. Se convirtió en mi segunda casa", dice.

Unión La Calera

Benegas siguió avanzando. Fue goleador de la cuarta juvenil del cuadro millonario y a mediados del 2007 el técnico interino Jorge Gordillo lo subió a la reserva. Ahí, incluso le tocó compartir más de un entrenamiento con el primer equipo y un joven Alexis Sánchez. "Pese a que no compartimos mucho más que algún saludo, algunas prácticas, siempre se le veía alegre", recuerda Benegas. "Se notaba que era diferente. Le vi una velocidad que no le volví a ver a otro jugador durante mi carrera", añade.

Sin embargo, el mendocino nunca pudo dar el gran salto al plantel profesional. Se estancaría en el penúltimo paso. Estuvo seis meses sin jugar. Volvió a Mendoza. Lo intentó de nuevo a Independiente (M) que ahora militaba en la segunda división.

A mediados de 2009, recomendado por Daniel Passarella, Benegas tendría la oportunidad de llegar a la máxima categoría para jugar por Huracán. Comenzó bien. Fue titular en las primeras fechas, pero luego un paso en falso casi lo saca del camino: en una práctica del equipo, sufrió una descompensación y se desplomó. "Me diagnosticaron una arritmia cardiaca que se produjo por el exceso de peso. Venía mal. Estaba tocando fondo. Fue un momento complicado", rememora.

Fue descartado del equipo. No volvió a jugar hasta tres meses después. Pese a no dejar el fútbol, Benegas lo pensó en más de alguna ocasión. Al final de la temporada se iría de Huracán con 17 partidos jugados, un sólo gol y una inseguridad acuestas.

Superada la arritmia, el atacante debió comenzar casi de cero. Lo intentó sin éxito en la C.A.I y Deportivo Armenio en el ascenso, y tendría que resignarse con jugar en Deportivo Laferrere en la cuarta división en 2011. "Fue mi peor momento. Vivía con lo justo. Jugué para vivir. El dinero no alcanzaba. Medité no seguir algunos momentos, Cuando no quería más, mi mujer me ayudó a salir adelante", dice hoy.

Pese a la humilde realidad, también ahí Benegas se acordó de lo que había hecho conocido: sus goles. A mediados del 2012, su representante Jorge Cyterszpiller le dijo que había una opción de jugar en primera división de Chile. Pese a no conocer La Calera, no lo dudó.

"Fue un alegría enorme cuando me dijeron. Tener la oportunidad de jugar en Primera en un país con un fútbol competitivo. Siempre lo digo, estoy agradecido del club. Llegué con una fractura en el brazo y me esperaron para poder jugar. Con el tiempo les he podido devolver la alegría", dice hoy.

En dos años, Benegas ha demostrado que la decisión fue la correcta. Ha anotado 34 goles con la camiseta del club y se ha convertido en la gran de figura de un equipo que pasó de salvarse del descenso a luchar este semestre por un cupo a las copas internacionales.

Por eso, Benegas se ilusiona con lo que puede venir. No quiere hablar mucho sobre el interés particular de Universidad de Chile, pero da luces sobres sus sueños. "Lo tomo con tranquilidad. El fútbol te abre puertas. Me gustaría llegar a un club grande acá o en otro país, jugar en copas internacionales". Con 25 años, y luego de varios tropiezos, Benegas sabe que aún está a tiempo.