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Mouat

La nube negra

Actualizado a

Los que fuimos al Nacional el sábado a ver a la U sabíamos que íbamos a sufrir, que el partido no se iba a ganar con el peso de la camiseta y que la buena campaña que venía haciendo Barnechea en las últimas fechas, más la obligación azul de no resignar puntos, podía hacernos pasar un mal rato. Pero no imaginamos que el equipo que nunca perdió la punta en todo el torneo, y que aún dependía solo de sí misma para levantar la Copa, podía perder la compostura de la manera en que lo hizo, especialmente después que la escuadra de Bozán empató el encuentro comenzando el segundo tiempo.

Nos pusimos todos los azules demasiado nerviosos. Pero que nos pase eso a los hinchas y fanáticos de la U es predecible y normal. Saludable incluso para liberar tensiones. Lo que no es deseable es que esto les suceda a los jugadores y en alguna medida al cuerpo técnico, como vimos que ocurrió. El gol de Hernández (o autogol de Rubio) dejó al descubierto a una oncena insegura y frágil, que se vio ampliamente superada por una oncena metedora y corredora que si acierta en el finiquito nos habría encajado un saco de goles.

En su desesperación e intento de darle una vuelta al partido, Machete Lasarte mandó a la cancha a jugadores de alternativa que no caminaron: Espinoza volvía después de meses sin jugar y se notó, y Duma y Fernández no gravitaron. No vamos a descubrir ahora que Magalhaes no es el lateral derecho que uno soñó para su equipo. Y que los delanteros que son alternativa en el plantel, por las razones que sea, no han funcionado desde hace rato: Cortés, Gutiérrez, Duma. Cuando se lesionó Gonzalo Espinoza, el equipo se resintió. Y volvió a complicarse cuando Ubilla quedó fuera de carrera y Gustavo Canales tuvo que salir y regresó a media máquina.

Cuando la U perdió con Colo-Colo en el Monumental, tuvo la fuerza de pararse y no dejar la punta. El empate del sábado con Barnechea nos llenó de dudas, y la nube negra asomó en el horizonte. No se trata de ponerse a rezar. Se trata de parar bien al equipo, de sincronizar los movimientos, de que haya un líder que levante la voz en los momentos en que hay que mostrar jerarquía para definir. La tuvimos en buena parte del torneo, pero no en momentos decisivos: frente a Colo-Colo en el Monumental y cuando había que mantener la ventaja frente a Barnechea. Ahora sí que no hay margen. Wanderers viene como avión, suma y suma, y Colo Colo, lo firmo, sumará tres puntos ante Cobreloa.