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La U campeón

Columna vertebral azul: Un estandarte en cada línea

Los universitarios mostraron un destacado juego colectivo a lo largo del torneo, pero también tuvieron individualidades muy destacadas.

Santiago de Chile
La columna vertebral de la U.
Photosport

La U logró bajar su estrella 17 de la mano de Martín Lasarte. Machete logró darle un sello a los universitarios, aunque también contó con una destaca columna vertebral. 

Johnny Herrera, un arquero a toda prueba: El meta estudiantil retomó el nivel superlativo que le valió ser considerado uno de los mejores porteros de todo Sudamérica. Tuvo actuaciones destacadas y muchas veces evitó que su arco se viera derrotado. De hecho, mucho de los méritos de la solidez universitaria se debe a las siempre seguras manos de 'Superboy'.

José Rojas, el capitán del buque azul: Pepe retomó el nivel que lo hizo ser uno de los mejores zagueros de Chile. Tranquilo a la hora de contener los embates y criterioso cuando podía sumarse al ataque, Rojas fue el alma del equipo. Levantó a sus compañeros en los momentos complejos y calló un par de bocas con presentaciones que le valieron seguir ligado a la selección chilena. 

Mathías Corujo, puso la sangre celeste: Chiche llegó a la U sin mucha resonancia. El lateral uruguayo venía de una aceptable campaña en Cerro Porteño y Lasarte lo conocía. Comenzó de inmediato como titular y los hinchas azules se ilusionaron al ver una réplica casi perfecta de Matías Rodríguez. El charrúa, de hecho, devolvió la confianza con goles y marcó tres a lo largo del torneo. Mostró también que es polifuncional cuando se le necesita y coronó un gran semestre con nominaciones seguidas a la selección de su país. 

Gonzalo Espinoza, metió como un bulldog: El volante hizo el camino largo para llegar a un grande de Chile. Tras algunos años en Argentina firmó por los azules y de inmediato se adueñó del mediocampo universitario. Si había que corretear lo hacía y a la hora de meter balonazos de 30 metros demostró que es uno de los mejores en ese puesto en nuestro país. Cuando se lesionó la U bajó considerablemente su nivel y una vez de vuelta los azules retomaron la senda que hoy coronan con un título.

Gustavo Canales, la vuelta del hijo pródigo: Se había ido de la U en medio de una polémica. Volvió para hacer lo que sabe: goles. No defraudó el delantero, quien en la primera parte del certamen se puso el equipo al hombro y a punta de buenas actuaciones reencantó a los hinchas. Cuando se lesionó los azules lo sintieron, aunque encontraron en otro compañero de ataque la respuesta a los lamentos.

Patricio Rubio, el goleador silencioso: Poco amigo de los micrófonos pero enamorado de las redes, el Pato apareció en momentos cuando la U más lo necesitaba. Con un Canales a media máquina, el ex Unión Española se cansó de anotar goles y de hecho, cerró como el máximo artillero de su equipo y a poco de ser el mejor del torneo. Después de un semestre complejo, Rubio comenzó a justificar los millones que los azules pagaron por él.