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5 AÑOS AS CHILE

"Empecé a tomar a los 12; a los 23 ya estaba hecho pedazos"

Mauricio Cataldo se confesó con AS Chile y repasó su cruda historia personal, así como su nueva vida cerca de Dios y de los niños de La Florida.

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"Empecé a tomar a los 12; a los 23 ya estaba hecho pedazos"
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Mauricio Cataldo era de esos futbolistas diferentes, de esos que escasean y que en un segundo son capaces de inventar una jugada genial. “Una vez unos mexicanos vinieron a ver a (Jorge) Valdivia y terminaron interesados en mí”, recuerda.

"Empecé a tomar a los 12; a los 23 ya estaba hecho pedazos"

Dentro de la cancha todo eran luces, pero fuera de ella, tras el pitazo final y los abrazos y reconocimientos, las sombras lo atormentaban. Alcohol, drogas y problemas familiares terminaron por opacar una carrera que debía ser brillante. “Pude ser mejor que David Pizarro y Jorge Valdivia”, confiesa.

- Si no hubiese sido por los excesos, ¿dónde hubiese llegado?
- A temprana edad me querían en España, el Saint Gallen también se interesó, equipos mexicanos. Marcaba la diferencia con jugadas que no hacían los futbolistas chilenos, mi estilo era más parecido a los argentinos. Fuera de la cancha no tenía mucha personalidad, pero dentro me transformaba. Tomando hasta el día antes del partido, era figura y marcaba goles, así que imagínate dónde pude haber llegado.

- ¿Y qué le produce eso?
- Me pongo a pensar y digo que era un propósito de Dios que me pasaran todas estas cosas, para después aceptarlo a él. Imagínate si me hubiese ido a Europa no hubiese conocido a Jesucristo y no estaría trabajando con niños. ¡Qué me iban a importar si yo tengo millones! Me hubiese vencido la soberbia, no hubiese estado ni ahí con nada.

- ¿Qué tan grave era tu problema con el alcohol?
- Empecé a tomar a los 12 años, a los 23 ya estaba hecho pedazos. Llegaba mal a entrenar, a veces le pedía al utilero que pusiera el sauna porque llegaba muerto de borracho y dejaba una hediondez terrible, pero como uno tenía la técnica, no le decían nada. La gente gozaba viéndome jugar, pero saliendo de la cancha era una persona llena de pena, con muchos problemas en el hogar y eso me agobiaba e hizo que me perdiera.

- ¿Qué fue lo más duro de esta época negra?
- "Terminé en la calle. Nadie me quería. Andaba por todos lados drogándome, buscando droga, me regalaban unas tremendas bolsas de coca, fue terrible. Una vez me quedé dormido en la calle y desperté con mucho frío. Ahí decidí internarme en un centro cristiano. En ese momento cambió mi vida".

- ¿Cuál es la frase de la Biblia que más le identifica?
- Jesús es el camino de la verdad y la vida.

La rabona mágica ante la U 

- ¿Cómo recuerda ese gol en 2003?
- En esos tiempos yo tomaba de lunes a viernes, entonces antes de entrenar me tomaba un litro de leche y me iba. 'Nano' Díaz no me quería, así que yo le pedía a Dios que me diera un gol maravilloso cuando tuviera la oportunidad. Al final me citan para ese partido y yo pensaba cómo hacer el gol, pero al final mi pensamiento no tenía nada que ver con el de Dios. El de él era anotar de rabona".

- ¿Tiró el centro o le pegó al arco?
- Ese gol fue de Dios.