ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Guarello

El califato

No puede sorprender la velocidad con que la ANFP denunció al tribunal de penas la riña mediática que se desató entre Jhonny Herrera, Emiliano Vecchio y el preparador físico de Colo Colo Juan Ramírez. Todavía calientes las palabras en el micrófono o las letras en el Twitter y desde Quilín ya rasgaban vestiduras con el fin de aplicar el artículo 68. Éste, ya lo sabemos, tiene un arco de interpretación casi ilimitado y por lo tanto, como se avivaron en la ANFP luego del caso Barroso, puede ser desenfundado a discreción, cercenando cualquier ruido, cualquier disonancia que generen los futbolistas.

Ley mordaza con todos sus colores si me preguntan. El mentado 68 señala que se sancionaran "las injurias u ofensas en contra de las autoridades, nacionales o internacionales, del fútbol o de toda persona sometida a la jurisdicción del tribunal". Queda claro, a los dirigentes, no solo los chilenos sino que también los de afuera, no se les puede decir nada que se “interprete” como injuria u ofensa. Digamos, con este articulado, en Quilín están bien a resguardo. Pero, hete aquí, que no les basta. Quieren hacer tabla rasa de cualquier sonido que se aparte de lo básico. Es decir, en la ANFP, quieren aplicar a punta de varapalo del debate nivel CDF. Usted ya lo conoce y lo padece, el que no sale del “trabajo de la semana”, “estamos trabajando para lograrlo”, “yo sólo vendo trabajo”, “son todos los rivales difíciles” o “de aquí en adelante son todas finales”.

Si nos atenemos estrictamente a la letra, la ANFP y el tribunal de penas no tienen por donde aplicar el 68. Porque Herrera, Vecchio y Ramírez tuvieron una pelea personal, de mal gusto, desubicada, desagradable, pero personal. Nunca ofendieron a ninguna autoridad nacional o internacional. Tampoco fue cuestionado el campeonato o la organización del fútbol chileno. Nada. Y aún así quieren que los castiguen, forzando el reglamento y esperando una actitud obsequiosa y servil del tribunal de penas.

Ya está visto. En la ANFP aprovecharán toda oportunidad para meterle la mordaza a los jugadores, entrenadores o cualquiera que esté sometido a su califato, perdón, a su administración.