Guarello
¿Y si los otros son mejores?
Lo había anticipado en mi primera columna: nunca le he dado mayor dramatismo y trascendencia a los campeonatos sudamericanos juveniles. Si bien pueden proyectar figuras interesantes y, de alguna manera, vislumbrar el futuro del fútbol chileno, este volumen de jugadores competitivos no tienen correlación directa con los resultados en la cancha. Es decir, puede haber una generación floja de nombres con algún grado de éxito (1995), una potente que fracasa (1999), una débil que fracasa (1997, 2003, 2009, 2011) o una potente que triunfa (2007, 2013).
El recuento nos dice que las generaciones sin grandes planteles son las más, que, salvo en 1999, cuando se arma un buen lote se clasifica al Mundial y que, a la larga, es el tiempo el que dice si tal o cual selección sub 20 proyectó las figuras adecuadas. Es decir, y a raíz de la derrota contundente frente a Colombia, es prematuro saber si este grupo de jugadores comandados por Hugo Tocalli hará historia en el fútbol o serán, como tantos, nombres extravagantes o datos para los estadísticos.
Lo anterior, en todo caso, no exculpa el trabajo del entrenador argentino al mando de la Sub 20. Si bien se trabaja para el futuro, la obligación es obtener funcionamiento y resultados en el presente. Al menos frente a Colombia, rival directo que nos goleó y nos dejó al borde de la eliminación de tres torneos (Mundial, Panamericanos y Olímpicos), no se logró ninguna de las dos cosas. El equipo jugó mal, dio muchas ventajas defensivas, fue un merengue en ofensiva y además exhibe un déficit físico que contra Brasil y Colombia resultó alarmante. Parece que los rivales tuvieran un par de años más. A nivel de juveniles, una diferencia decisiva.
También es bueno señalar, y eso parece que lo olvidan la mayoría de los comentaristas e incluso los mismos futbolistas, que el rival también juega y tiene méritos. Y lo que ocurrió el lunes en Maldonado no es muy difícil de entender: Colombia es mejor equipo que Chile a nivel Sub 20. Ellos son más rápidos, más fuertes, más hábiles y se pararon mejor que los nuestros sobre la cancha. Listo. La comparativa ahorra tinta: Colombia remató a puerta 16 veces y acertó 8 (amén de marcar en tres ocasiones), Chile en cambio lo hizo en 6 ocasiones y acertó apenas una. Con esos números no queda mucho por escribir. De hecho, no lo seguiré haciendo.