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Análisis estratégico

La clave táctica para el ‘City’: veloz transición defensiva

En el choque contra Chelsea, que se reagrupa en su zona y sale rápido en ataque, los Citizens deben tener máximo cuidado con los avances del elenco de Mourinho.
Arsenal - Manchester City: Premier League 2018

Pellegrini y sus dirigidos tendrán que estar alerta a los contraataques de Chelsea.
Imago Sportfoto/Photosport Photosport

Un nuevo cara a cara tendrá Manuel Pellegrini con José Mourinho en la liga de Inglaterra. Otra vez los técnicos cruzarán sus caminos, aunque esta vez -tal como ha ocurrido desde que el chileno se encuentra en el Manchester City y el portugués a cargo del Chelsea- el enfrentamiento será en un absoluto plano de igualdad. La categoría de los planteles de ambos elencos provoca que la asimetría futbolística de los tiempos en que el DT nacional enfrentaba con Málaga al luso, actualmente, sea apenas un lejano recuerdo.

Pellegrini no se ha alejado ni un ápice de su predicamento de juego en la conducción de los Citizens. Obviamente que los matices al respecto son producto de la jerarquía individual de sus dirigidos, lo cual genera un producto exponencialmente superior a lo conseguido en sus primeras experiencias como entrenador en las bancas de Palestino y O’Higgins, por ejemplo.

Manchester City siempre busca poseer el balón y ganar los encuentros a partir de la posesión del esférico. La buena circulación de la pelota se nutre de la gran técnica individual de las estrellas del equipo y es veloz porque tipos de ese calibre futbolístico pueden acelerar el juego sin temor a perderla.

La profundidad ofensiva la obtienen los pupilos del chileno por la utilización permanente de los laterales que se proyectan siempre al ataque (el argentino Pablo Zabaleta es el ícono en este aspecto). La consigna futbolera “ser anchos para ser profundos”, llevada al máximo esplendor por Pep Guardiola en su mejor época en el Barcelona, la desarrollan a plenitud los Citizens.

Y también son pacientes, cualidad fundamental cuando un equipo apuesta a tener el balón e intentar imponerse por esa vía. Este atributo se sustenta en hacer sentirse sometido al rival para que el abrumo finalmente provoque que su intensidad defensiva se extinga y así las rutas hacia el gol se liberen.

El problema de todo esto, con miras al choque con Chelsea, es que los dirigidos por Mourinho juegan precisamente a que su rival ejecute lo que realiza el elenco de Pellegrini. El cuadro de Londres se siente a sus anchas con el rival poseyendo el balón y dejando mucho espacio a la espalda de su defensa. Un territorio amplio, de cerca de 50 metros de largo, que se transforma en el principal objetivo de los Blues, pues en una rápida y precisa utilización de esta vasta zona yace la clave de sus victorias.

En la pizarra, Chelsea emplea un sistema de juego 1-4-3-3. Sin embargo, en la práctica solo se verifica en el terreno de juego, enfrentando a un rival de sus quilates futbolísticos, cuando el equipo de Mou ataca decididamente. Al no acontecer esto, la distribución original se convierte en una línea de cuatro defensas, cinco mediocampistas y un solo delantero (Diego Costa).

La disposición táctica puede parecer defensiva, pero lo será solo si los que se desdoblan desde posiciones defensivas, al momento de recuperar la pelota, permanecen rezagados y no se suman a un ataque que es veloz para sorprender desequilibrado al oponente. Las transiciones ofensivas son fluidas y peligrosas en el equipo de Mourinho y así buscan el triunfo, cuando el que está enfrente posee la misma billetera para adquirir grandes astros del fútbol internacional.

Frente a esto, los dirigidos por el chileno, quienes ya saben de antemano que el partido se dará en estos términos: con ellos atacando y Chelsea defendiendo, tendrán que estar muy alertas a las transiciones ofensivas de su rival. Si los Citizens son capaces de insuflarle intensidad, recorrido y dominio táctico a sus reconversiones defensivas, que son la contraparte del actuar en ataque de su oponente, estarán más a reguardo para mantener en cero su arco y, de este modo, preservar la posibilidad de obtener un triunfo.

La gran dificultad es que los equipos que se encuentran programados para dominar a su rival, someterlo y hacerlo sentir que en cualquier momento su portería sucumbirá, habitualmente, suelen exhibir debilidades en sus transiciones defensivas. Así acontece también con el Manchester City de Pellegrini, aunque el duelo contra Chelsea se presenta como una gran oportunidad para demostrar lo contrario y vencer.