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Guarello

Matar a palos

Resulta difícil encontrar en la historia de nuestro fútbol (desde que comenzó el profesionalismo en 1933), un torneo más maltratado que la actual Copa Chile. Si algún extranjero le mostraban los partidos del miércoles, donde Palestino se impuso a Antofagasta y Universidad de Concepción a Unión Española, con dificultad hubiera creído que se trataba las revanchas de las semifinales, que de ambos duelos salían quienes disputarían el trofeo. Sol a plomo en La Cisterna, tribunas vacías, el estadio Cap pintado por unos cuantos entusiastas. Todo bajo la más elocuente indiferencia del medio. De los cuatro equipos nada para reprochar, dieron lo que correspondía sobre la cancha. De quienes organizaron…

Digamos la verdad, la Copa Chile se calendarizó para que el bendito CDF tuviera programación Premium los meses donde el campeonato oficial estaba parado. Como la programación básica de este canal no la ven ni los presos de Guantánamo, había que llenar con algo, lo que fuera, como fuera.

Entonces, genios ellos, toda la primera ronda se jugó en plena pretemporada. El resultado fue delirante: equipos con once suplentes, partidos suspendidos a troche y moche, técnicos cesados que dirigían una yapa ya que no había nadie, jugadores que se presentaban sólo por cumplir. Se dio el caso de que Rodrigo Riquelme jugó la fase eliminatoria por Palestino y luego enfrentó por Antofagasta a su ex club en las semifinales. Así de serio todo.

Y de la respuesta del público ni hablar, Colo Colo metiendo apenas tres mil personas un domingo por la tarde en el Monumental, la U jugando de local con menos de un millar de espectadores en Santa Laura. Los duelos con 300, 200 y hasta menos de 100 personas fueron habituales.

En síntesis, lo peor de lo peor. Más que programada, la Copa Chile 2014-2015 pareció vomitada luego de una feroz borrachera en Quilín. Y sin embargo todo lo anterior no hace mella en la ANFP. Si el sacrosanto CDF necesita matar a palos a un campeonato, pues se mata. Ah, y para hacerla de oro, hay restricción de imágenes para la televisión abierta. Así el hincha común y corriente ni siquiera sabe que se está jugando. Para postular al Nóbel.