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Guarello

El gesto

Si fue para un amigo de la zona penquista o para un enemigo instalado en la galería ya no quita ni pone. Leandro Benegas hizo un gesto de “huevos” tras anotar el empate parcial con una chilena antológica y el juez Carlos Rumiano lo interpretó como agresión. Y lo echó. Seamos objetivos, lo que hizo el zurdo está muy lejos del explícito “Pato Yáñez” de Marcelo Díaz hace unas cuantas temporadas, o el inequívoco “te paseo” de Francisco Prieto a la barra azul el 2012. Estas dos últimas maromas no tienen interpretación, son directamente provocaciones soeces, flaitongas y no hay como enmendarles el repudio.

Pero lo de Benegas es más complejo. Yendo a la repetición en cámara lenta, y utilizando todas las cámaras disponibles, se puede inferir que el argentino hizo claramente un gesto de “huevos”. Y, debido a la connotación cultural machista que significa una buena cantidad de testosterona y un tamaño importante de las gónadas, la conclusión es que Benegas intentaba decir a su fantasmal interlocutor que tenía mucho y muy grande. Es decir, que le sobraba carácter y capacidad para vestir esa camiseta. No le pesaba, vaya. Además, está el golazo de chilena como marco.

Así, con el diario del lunes, Leandro Benegas fue mal expulsado. No quiso decir “esto es para vos” (recordemos que es argentino), sino, más bien, “esto es lo que me sobra”. No agravia, expone. No insulta, se defiende. Insisto, esto después de ver las repeticiones en la televisión. Rumiano ve de espaldas a Benegas, no tiene el ángulo para determinar si el delantero de la U juntaba ambas manos y formaba un paquete (Pato Yáñez) o mantenía ambas palmas en un arco semiabierto (huevos).

Aquí lo mató el guardalíneas. Vio toda la cinésica y levantó la bandera. Ahora es materia del benemérito tribunal de penas señalar el castigo de Leandro Benegas. Aquí veo pocas esperanzas para los azules, los señores del tribunal son rigurosos y poco flexibles, no están para sutilezas semánticas, tanto “Pato Yáñez”, “Te paseo” o “huevos” les parecen iguales, aunque, lo sabemos, no lo sean.