Arcos

Canales y el eterno retorno

En Brasil dicen que el Gremio viene con todo por Gustavo Canales, el delantero de la Universidad de Chile. Cuando en el equipo de Porto Alegre dicen que vienen con todo, eso no es otra cosa que una maleta llena de millones de dólares para realizar una oferta que el cuadro azul no podría rechazar.

¿Será conveniente para la U deshacerse de uno de sus atacantes titulares a esta atura del año? El criterio indica que no. Pese a que el delantero no está ni cerca de su mejor nivel, sigue siendo uno de los jugadores de mayor capacidad en el atribulado plantel.

La U está jugando mal. No cabe duda. Los primeros en admitirlo son los mismos futbolistas. Necesita con urgencia un remezón. Pero uno intuye que este mal período azul debería tener fecha pronta de vencimiento, porque tiene jugadores para zafar de este mal momento.

Canales sabe de despedidas y retornos. No es un futbolista fácil de tratar. No es el más simpático del grupo ni el más solidario. Ha negociado premios particulares.

Es pragmático Canales.

Se marchó del club de un día para otro por una oferta millonaria en el 2011 después de ganarlo todo. Y de la Unión Española, tras declaraciones de amor infinito, también se marchó por una propuesta suculenta. Dos veces. Incluso en Deportes La Serena, su primer club en Chile, tuvo dos pasadas. No le cuesta irse a Canales. No le cuesta regresar tampoco.

La U hoy lo necesita. Ya se fue Patricio Rubio y con él una importante dosis goleadora que los azules no han reemplazado. Benegas está en la batalla, Ubilla se lesiona demasiado. Pero si la oferta es muy buena, para el club y para el jugador, no tendrá problemas en marcharse. Y en una de esas, capaz que vuelva. Otra vez.