Palestino saca la cara

Cuando todos estaban pendientes de lo que hicieran Universidad de Chile y Colo Colo por la Copa Libertadores, el modesto Palestino, ese que transmitieron por la señal 2 de la televisión por cable, se encargó de darles una alegría a sus fervorosos hinchas repartidos en La Cisterna, el barrio Patronato, La Calera, Llayllay y el Medio Oriente.

Claro, Zamora FC no es el Independiente Santa Fe ni el Inter de Porto Alegre. Pero los tricolores tampoco tienen la planilla de albos y azules. Pero más allá de las comparaciones, que no siempre son odiosas, lo del equipo árabe tiene enorme mérito.

Cuando Pablo Guede anunció que Leonardo Valencia y César Valenzuela, los duendes talentosos del mediocampo no viajaban a Venezuela, muchos pensaron que las opciones disminuían, que el DT de la voz desgastada estaba tirando la Copa o que era un golpe de autoridad en el momento menos adecuado.

Guede, el mismo que habla de procesos y que coloca carteles motivacionales en el camarín de La Cisterna, también es un tipo que toma riesgos y apuesta duro. Basta ver cómo jugó contra Boca en Santa Laura, con la defensa adelantada y los xeneizes habitualmente mano a mano con el portero Darío Melo. El jueves por la noche no estaban Valencia y Valenzuela, pero si tuvo intérpretes brillantes como Germán Lanaro, Pablo Díaz, Diego Rosende, Alejandro Márquez, Jason Silva (con jineta de capitán incluida) y un Tiburón Ramos incansable y generoso, como lo demostró en el gol.

Palestino sacó la tarea. La planificación resultó al toque. La apuesta fue un éxito. Y es el único equipo chileno que celebra esta semana en la Copa. ¿Quién lo diría?