El primer capítulo
La historia recordará que en su debut por Copa Davis en Chile, Christian Garin remontó una desventaja de dos sets a cero para terminar ganando 10-8 en el quinto. Nadie se acordará de los errores no forzados del iquiqueño ni de que el peruano Diulio Beretta estuvo lesionado. El primer capítulo del libro de su historia tendrá tintes de proeza.
El Tanque las vio mal por momentos, pero logró salir adelante. El chico que fue campeón juvenil de Roland Garros ha debido sostener sobre sus hombros no sólo el peso que llevan los jugadores que buscan un cupo en la elite, si no que también otra carga con el tonelaje de un container: las expectativas de los hinchas del tenis chileno por volver a tener un ídolo.
A ese hincha, que es en su origen y desarrollo exitista, no le gusta el tenis. Para ser muy precisos, le gusta ver a los tenistas chilenos ganar. Ha sido así desde los tiempos de Lucho Ayala hasta los de Massú y González. Qué mejor prueba que la desaparición del ATP de Viña del Mar justo cuando no había jugadores locales que pudieran ser protagonistas en él.
Y, además, ese hincha está mal acostumbrado, porque quiere que los jugadores nacionales estén en el Top 10. Hasta hace poco, cuando Paul Capdeville estuvo entre los 100 mejores del mundo, muchos lo criticaban por no estar más arriba. ¿Cuántas personas en Chile pueden decir que figuran entre los 100 mejores profesionales del mundo en sus disciplinas?
A Garin le pesaba esa expectativa. De alguna manera este viernes dio un primer paso para sacurdirse esa presión y poder demostrar en casa lo buen jugador que es. ¿Y el recambio? Déjenlo jugar tranquilo. Ya vendrá...