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El portero de Coltauco

Actualizado a

Miguel Jiménez, arquero que debutó este domingo por la U a los 34 años, ha transitado por el fútbol al igual que el título de una de las últimas canciones de los Beatles: por el largo y sinuoso camino. A los 34 años jugó el mejor partido de su vida, ante San Marcos de Arica. Antes de eso, le tocó muchísimas veces bailar con la fea.

Jiménez, originario de Coltauco, hizo divisiones inferiores en la filial santiaguina de Cobreloa. Nunca jugó por los loínos. Se fue a préstamo a Iberia primero, donde conoció a la familia Heller, y a Lota Schwager después, donde debutó en Primera División y alternó el puesto con su antecesor en el cuadro azul, Luis Marín.

Cuando quedó con el pase en su poder se fue al entonces Municipal Iquique y logró el ascenso a Primera División. Después de eso firmó su primer contrato ventajoso en el profesionalismo, con Ñublense. Estuvo en el campañón de la Longaniza Mecánica que los clasificó a la Copa Sudamericana, donde era reserva de Jaime Bravo.

Cuando logró la titularidad en la escuadra de Fernando Díaz, un corte de ligamentos lo dejó fuera de las canchas por un semestre. Cuando volvía, los chillanejos habían conseguido el préstamo de Lucas Giovinni, desde Unión La Calera, y fue al banco nuevamente.

Jorge Pellicer lo quiso como segundo arquero de Huachipato, pero desde Chillán les dijeron que debían pagar 10 mil dólares por la transacción. Fue el propio Jiménez quien echó mano a sus ahorros para pagar ese monto y quedar libre. Partió a Talcahuano, donde posteriormente sería campeón. Aunque no como titular.

Con los acereros agarró camiseta en la Copa Sudamericana y en los partidos de la liguilla del torneo pasado, con Mario Salas como técnico.

Cuando Luis Marín decidió irse de la U para probar suerte en la MLS, fue Pedro Heller, hijo del máximo accionista azul, quien llamó directamente a Jiménez. El buen recuerdo del lejano paso por Iberia estaba fresco. Por la calidad futbolística, pero principalmente por la humana. Huachipató facilitó el traspaso, pese a que estaban al filo del cierre del libro de pases, y Miguel pudo llegar a la U.

Este domingo debutó en el Carlos Dittborn de Arica y atajó hasta el viento.

Le tocó el camino largo, pero la hizo.