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Hernández

Una Davis que reencanta

Actualizado a

Algunos aficionados que llegaron hasta el estadio Palestino no podían creer que las entradas para la serie de Copa Davis ante Perú estuvieran agotadas. Varios reclamaron también que este domingo con el match ya resuelto el court central tuviera la mitad de los asientos vacíos y tampoco hubiese boletos.

Más allá de cuestionamientos que pueden ser válidos en algún sentido –no informar debidamente que no quedaban tickets ni que no se iban a vender de manera presencial en el recinto de avenida Kennedy– la conclusión principal es que el tenis sigue generando expectativas en la gente.

Después de la pobrísima asistencia hace once meses ante Paraguay, equipo que llegó con un singlista semiretirado y un junior al borde de abandonar el tenis por falta de financiamiento, este fin de semana la convocatoria hizo recordar tiempos mejores. ¿Los artífices del reencantamiento? Nicolás Jarry y Christian Garín, los más mediáticos y el esfuerzo de Gonzalo Lama y Hans Podplipnik que con su ascenso en el ranking dan a entender que no están lejos de pegar el salto.

La mayoría de los deportistas cree que los medios subvaloran su esfuerzo, no dan cabida a sus actuaciones ni relevan sus logros. Los medios, sin embargo, sí retratan el éxito. Esta generación logró que el tenis, al menos por un fin de semana, volviera a tener portadas, dos transmisiones televisivas y otras tantas radiales. Es así, el periodismo no tiene la obligación de fomentar el deporte, para eso hay otras vías, pero tampoco se desentiende cuando los deportistas, como ahora, ofrecen evidentes muestras de progreso y captan el interés general. Esperemos sea el comienzo de un círculo virtuoso para que los niños vuelvan a jugar tenis. Hoy el número de menores que compiten da para ponerse a llorar.

Es cierto que la capitanía de Nicolás Massú y el aporte de Marcelo Ríos ayudan. Pero siendo concretos de poco serviría su concurso si no hubiese materia prima y avances reales. Nicolás Jarry es el mejor ejemplo. Hace exactamente un año figuraba en el puesto 716 del ranking ATP y estaba inmerso en el mundo de los torneos futuros. Hoy, Massu lo considera el primer singlista de Chile, está 192 del mundo, es animador permanente del circuito de challengers y ya ganó una ronda en un ATP 250. “Estuve entrenando con él en la semana y no tenía como agarrarle el saque”, dijo Jorge Aguilar mientras comentaba en la transmisión radial de ADN. El nieto de Jaime Fillol posee características físicas inéditas respecto del biotipo del jugador chileno y ha sabido sacarle partido. Tanto que su 1.98 centímetros es un gran aliado al jugar en altura o en canchas rápidas.

Visto en perspectiva, la irrupción de Jarry fue una buena noticia para Christian Garín en cuyos hombros recayó durante un buen tiempo la responsabilidad de liderar el recambio. Haber sido campeón junior de Roland Garros fue un logro increíble, pero a la vez una mochila difícil de portar. Que injustas fueron las críticas a sus primeras intervenciones en Copa Davis. ¿Por qué tenía que ganar obligatoriamente esos partidos? ¿Por haber sido campeón juvenil en Paris? ¿Acaso en sus debuts en la Davis, Rios, Massú y González no perdieron? Es fácil criticar usando el tincómetro y sin parámetros objetivos.

Que Garín le diera vuelta el partido a Beretta en el primer sencillo del viernes y ganase 10-8 en el quinto set marcará un hito en su carrera. Una cosa es superar al rival en el ranking (193 lugares a favor de Garín) y otra tener que ganarle por defecto. Esto es Copa Davis y el número uno de Perú tenía 13 singles jugados y más de 20 partidos representando a su país. Un mar de diferencia a favor del peruano que al igual que Garín llegó a ser número cuatro del mundo en juveniles. En ese contexto, el triunfo del ex campeón junior de Roland Garros y cómo volcó el match a su favor serán grandes lecciones para el crédito chileno de 18 años. Sí leyó bien, de aún 18 años.

Reconocimiento aparte corre para Podlipnik y Lama. No solo por aportar el punto decisivo en el dobles sino por ponerle el hombro a la decisión de Massú de marginarlos de los singles del viernes. Razones poderosas tuvo el capitán chileno para su determinación, pero se valora cómo en función del objetivo final nadie se amurró ni cuestionó la medida. Un grupo unido, permanece unido.

Chile dio el primer paso para regresar al grupo uno americano de Copa Davis, el que debiera ser el hábitat natural por el ranking y capacidad de nuestros jugadores actualmente. La valla siguiente es ganarle a México en julio y luego imponerse en la final de septiembre. Hoy por hoy disfrutemos el momento, saquemos pecho por tener a los singlistas titulares más jóvenes del mundo y esperemos que con los progresos de Juan Carlos Sáez, Bastián Malla y un eventual retorno de Jorge Aguilar al top 200 tengamos una lista de siete u ocho jugadores que compita sanamente entre sí para ser animadores de la categoría superior en 2016.